Pobreza infantil en veinticinco países industrializados: datos y evidencias desde el Luxembourg Income Study

Miguel Ángel Mateo Pérez
2000 Alternativas Cuadernos de trabajo Social  
Introducción. El día doce de julio de 2000 se presentó en Ginebra el Informe El progreso de las Naciones 2000, realizado por UNICEF. Al margen de las cifras sobre pobreza infantil en el conjunto total del planeta, se señalaba (y fue también lo que trascendió a los medios) que uno de cada seis niños que residen en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico -OCDE-viven en condiciones de pobreza relativa 1 . No se puede olvidar que son países muy ricos los que
more » ... ran esta Organización, incluida España. Las condiciones de salud, la educación formal, las oportunidades vitales de estos niños y niñas están sujetas a situaciones de empobrecimiento. Pero son procesos de exclusión, mucho más profundos y complicados con causas y efectos estructurales, los que subyacen a estas manifestaciones empíricas (Moisio,2000). El dato es mucho más frío y visible. Los procesos están más ligados a las experiencias personales. En este trabajo se va a optar por el dato. Las justificaciones pueden ser más o menos plausibles pero lo que no es éticamente correcto es asegurar que la perspectiva con la cual se trabaja es la única. El uso de fuentes numéricas que cuantifican la realidad social es especialmente útil cuando hablamos de pobreza (Hagenaars, de Vos y Zaidi, 1994). La explicación es sencilla: las políticas sociales se articulan gracias a las evidencias empíricas numéricas. Esto, en principio, no es algo perverso aunque al final pueda acabar siéndolo. El problema está en que las estadísticas de pobreza sobre las que trabajamos tienen serias limitaciones, empezando por la definición operativa de pobreza, la unidad de análisis fundamental (el hogar) y de la opacidad casi natural de la población de la cual se quiere obtener información. Cuando la población a estudiar es la infancia, los niños y las niñas, todo lo anterior se complica mucho más. Entonces, ¿por qué se opta por una perspectiva tan miope?. Pues porque la(s) alternativa(s) lo son bastante más aún. No se dispone de una base cualitativa lo suficientemente amplia como para elaborar relatos, historias o trayectorias de vida (si lo que se pretende es una comparación internacional) y la construcción de modelos teóricos, cuestión necesaria por otra parte, requiere un conocimiento sobre la realidad a estudiar mucho más profundo del que realmente se tiene. Dentro de las opciones menos malas y reconociendo sus limitaciones, es importante para articular políticas sociales de lucha contra la pobreza infantil en los países industrializados conocer cuántos niños y niñas viven en situación de pobreza relativa, qué elementos condicionan esta situación y qué dinámicas de empobrecimiento pueden ser las predominantes. Para ello, necesitamos evidencias empíricas con las que trabajar. 1 UNICEF define la pobreza relativa como aquella que sufre toda persona (en este caso, todo niño/a, que vive en un hogar cuyos ingresos están por debajo de la mitad de la media nacional). Esta medida de privación relativa basada en el ingreso se tendrá oportunidad de discutirla más adelante.
doi:10.14198/altern2000.8.5 fatcat:4jqrivvynjaj7cni6knbhke6cq