LA ACTUAL LITERATURA RUSA.—LEONIDAS LEONOW
Revista Atenea
1933
Atenea
LA ACTUAL LITERATURA RUSA.-LEONIDAS LEONOW 5'^A RECE aún muy niño, a juzgar por el retrato que acom paña su autobiografía en la recopilación de Lidin (Pisateli-Escritores, Moscú, 1926). Realmente es muy mozo; y si se tie ne en cuenta que de los escritores surgidos antes de la revolu ción bolchevique y después de ella es uno de los más conoci dos, no sólo en su patria, sino en Europa, y que tiene en su haber, además de innúmeros cuentos, dos novelas voluminosas, no puede uno menos de admirar
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... nueva fuerza de la litera tura rusa. Leónidas Leonov nació en Moscú, pero su familia era origina ria de un oscuro y sórdido lugar de la gobernación de Kaluga; el padre, campesino, se transformó luego en discreto autodi dacta, poeta y periodista y fué desterrado a Arkángel por sus ¡deas revolucionarias. Adolescente aun, fué sorprendido por la revolución y sirvió en la armada roja. La guerra civil le ha pro porcionado gran parte del material de sus obras. Poeta también él desde niño, tuvo poco éxito como tal, mas, no bien comenzó a publicar relatos, su nombre se abrió camino rápidamente. En Jos años que van de 1922 a 1925, sus cuentos se sucedieron sin tregua; ofrecen estos relatos la vida de la revolución, pero ob servada con el propósito de dar, a través de las descripciones, una explicación de los acaecimientos, en primer término para sí, y, si alguien quiere comprenderla, también para los otros. En estos primeros cuentos (2>a fosa de Petuchquin, El fin de un mi serable, las memorias de Kov-iokin), los elementos artísticos del joven escritor eran ya claros: en primer lugar el realismo como fondo, un realismo que si bien no tiene la serena objetividad del realismo clásico, no cae en el naturalismo; luego la psicología de uno o más sujetos, estrechamentes ligada, positiva o reacti vamente, con el fondo. Es la única característica que en las gran des novelas desaparecerá exteriormente: las digresiones del au tor, digresiones que parecen tales por la subitánea introducción del elemento lírico, que no puede ser sino personal. En La fosa de Petuchquin describe la revolución que desde sus focos de origen avanza y penetra en los pueblecitos más lejanos, perdi dos en la estepa; y aunque no se trata de hazañas heroicas, no falta la .nota épica, que es dada por el apego del campesino a la tierra.
doi:10.29393/at98-171hlal10171
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