Urbs Antiqua Ruit...

Equipo Editorial
2018 Archivo Español de Arqueología  
de la Universidad croata de Zagreb. Tiene fecha de 30 de septiembre de 1991 y es una angustiosa llamada, a todos los colegas europeos, para detener la guerra que está destrozando vidas humanas y un patrimonio cultural de incalculable riqueza. Acompaña a la carta un mapa de todos los yacimientos bombardeados hasta entonces. Estos se han multiplicado desde esa fecha pues hoy todavía escuchamos las noticias del bombardeo continuado de Duvrovnik. Algunos de los lugares que se mencionan en la carta
more » ... on yacimientos arqueológicos de fama mundial. Nos traen a la memoria otros nombres, otros espacios públicos, hasta otras guerras del pasado, especialmente del imperio-romano, noticias que conocimos no ya por la televisión sino por sus menc iones dispersas y diluidas en la erudición de los libros. Son nombres hoy eslavizados que siglos atrás tuvieron sonoridad romana en tierras de la Dalmacia y de la Liburnia como Salonae, o como Cibalae, en la inmensa Pannonia que limitaba el Danubio. En este mapa de lugares bombardeados de la actual Croacia hay muchos otros nombres históricos -tal vez la mayoría-que por nuestra limitación en ese campo no logramos hoy reconocer. Pues desconocemos mucho de Europa aunque nos creemos hoy más que nunca ciudadanos y hombres de Europa. ¿De qué Europa? Croacia, y en general los pueblos que han constituido la federación yugoslava, son una llamada, una llamada europea que nos recuerda que esas ciudades del mapa pertenecieron un día al mismo imperio, a la misma comunidad de hombres que las hispanas Barcino, Corduba, Toletum, Cesar Augusta o Emerita Augusta. Son también algo nuestro. La guerra nos hiere a todos y a todo. Primero a los hombres; después a las cosas que han hecho los hombres y que como arqueólogos e historiadores estudiamos. Las cosas de los hombres no tienen sentido sin los hombres, pues la vida de un hombre es siempre más valiosa que las cosas que hizo y, por tanto, su pérdida más dolorosa. Pero con la pérdida de los hombres se pierde paralelamente el sentido que tienen las cosas. Y, viceversa, con la pérdida de las cosas, se empobrece la historia de los hombres y lo que de ella queda, su memoria. Perdido el hombre, resta sólo el consuelo de su recuerdo, de sus objetos. La destrucción que Archivo Español de Arqueología, 64, 1991, págs. 5-6 (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Licencia Creative Commons Attribution (CC-by) España 3.0
doaj:3b6c99f678ab4906b1aabf83f92194be fatcat:74i4bxzexrewlg3hfigltlqlu4