Traición, crueldad y principado civil: Maquiavelo contra "los escritores"
Hugo Villegas Tavera
2020
Pléyade (Santiago)
Resumen: En el capítulo 8 de El príncipe, Maquiavelo discute acerca de una vía alternativa a la de la virtù y la fortuna para alcanzar el principado, la de los crímenes. El florentino sostiene que si bien cosas como la traición, la crueldad y el asesinato pueden ser medios conducentes al poder, no conducen a la gloria: "no se puede llamar virtud, el asesinar a sus ciudadanos, traicionar a los amigos, no tener palabra; estos medios harán ganar poder pero no gloria". En este ensayo se argumenta
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... e esta condena de la traición y del crimen es sólo aparente. El principal ejemplo de la vía criminal al principado, Agatocles, hace cosas que en otras partes del libro no sólo no son condenadas, sino que se convierten en modelos para la acción de futuros príncipes. Este trato desigual, se sugerirá, se comprende solamente cuando se ubica este capítulo dentro del contexto de la disputa de Maquiavelo contra los "escritores" antiguos, que despreciaban a la multitud. La discusión sobre el "tirano" Agatocles es aquí leída en conjunto con el capítulo sobre el "príncipe civil", donde Maquiavelo sostiene que el fundamento del poder del príncipe es el pueblo y no los nobles. Abstract: In chapter 8 of The Prince, Machiavelli discusses an alternative way to that of virtù and fortune to reach the principality, crime. The Florentine maintains that although things like betrayal, cruelty and murder can be conducive to power, they do not lead to glory: "one cannot call it virtue to kill one's citizens, betray one's friends, to be without faith, without mercy; these modes can enable one to acquire empire, but not glory". This essay argues that this condemnation of betrayal and crime is only apparent. The main example of the criminal route to the principality, Agathocles, does things that in other parts of the book are not only not condemned but become models of action for future princes. This unequal treatment, it will be suggested, is understood only when this chapter is placed within the context of Machiavelli's dispute against the ancient "writers", who despised the multitude. The discussion on the "tyrant" Agatocles is thus read here in conjunction with the chapter on the "civil prince", where Machiavelli maintains that the foundation of the power of the prince should be the people, not the nobles. Introducción No una cosa, todas las cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas. Thomas de Quincey Y que nadie contradiga mi opinión con aquel proverbio tan trillado de que "quien edifica sobre el pueblo edifica en el barro". Nicolás Maquiavelo La palabra traición proviene del latín traditio, y ésta a su vez de traditus, del participio tradere, que significa "entregar" o "transmitir". El término tradición, interesantemente, comparte el mismo origen, sólo que mientras tradición hace referencia a lo que se entrega o transmite de una generación a la siguiente, traición designa la entrega de algo o de alguien al enemigo 1 . En la Divina Comedia, la traición es considerada el peor pecado que se pueda llegar a cometer y, por lo tanto, el que amerita la peor de las condenas, a saber, ser devorado por el demonio. Dante, por ello, ubica a los traidores en el último círculo del infierno, el cocito, que se divide en cuatro fosos, el último llamado Judeca, donde son castigados aquellos que traicionaron a sus benefactores y que recibe su nombre del que entregó a Jesús, Judas Iscariote, quien es de hecho el que sufre la mayor tortura 2 . Dos siglos más tarde, la traición es también condenada por otro célebre escritor florentino, Nicolás Maquiavelo, en el capítulo ocho de El príncipe 3 . Precisamente en el libro que es condenado en razón de que en él los peores pecados son consentidos, incluso considerados virtudes, cuando éstos conducen a asegurar la posición del príncipe, la traición es señalada como conducente al poder, pero no a la gloria: "no se puede llamar virtud, el asesinar a sus ciudadanos, traicionar a los amigos, no tener palabra, ni piedad, ni religión; estos medios harán ganar poder pero no gloria" (P, 8). Maquiavelo hace aquí referencia a Agatocles, particularmente al modo en que éste, partiendo desde una condición "privada" llegó a convertirse en rey de Siracusa. Es importante señalar que este capítulo es precedido por el extenso tratamiento que ofrece el florentino sobre Cesare Borgia y por el muy importante capítulo sobre los principados nuevos que se adquieren mediante las armas propias. Mientras estos capítulos describen las dos vías principales por las que se puede alcanzar un principado nuevo, la fortuna y la virtù, respectivamente, en el capítulo ocho de El príncipe Maquiavelo describe un tercer camino, el de los crímenes 4 . De his qui per scelera 1 Online Etymology Dictionary, consultado el 12 de mayo de 2020, disponible en https://www.etymonline.com/search?q=tradition. 2 Al tiempo que es devorado por Satanás, las garras de éste le hacen trizas la espalda. Véase Dante Alighieri, Divina Comedia (Madrid: Editorial Cátedra, 2014), 190. 3 Nicolás Maquiavelo, El príncipe, Helena Puigdomenech trad. (Madrid, Editorial Tecnos, 2001). Las referencias a El príncipe se harán dentro del texto como P, seguido del número del capítulo. 4 "Pero, como de simple particular se puede llegar aún a príncipe por medio de otros procedimientos no atribuibles del todo a la fortuna o a la virtud, no me parece bien dejarlos en el olvido (...). Estos son: cuando se llega al principado por medios criminales y nefandos, o cuando un ciudadano privado llega a príncipe de su patria con el favor de sus demás conciudadanos" (P, 8, las cursivas son mías). ad principatum pervenere ("De los que por medio de delitos llegaron al principado") es, de hecho, el título que escoge el florentino para este capítulo. En este ensayo argumento que la condena de la traición en El príncipe es sólo aparente. No sólo Maquiavelo es estratégicamente ambiguo en su discusión acerca del siciliano Agatocles, del que destaca no sólo su audacia y "grandeza de ánimo", sino también su "virtud" para vencer los peligros 5 . En su exposición sobre las otras dos vías para adquirir el principado, la virtù y la fortuna, las fronteras entre ambas no se encuentran tan claramente delimitadas como parece sugerir su tratamiento en capítulos separados 6 . Más todavía, en sus consideraciones sobre las acciones de los "hombres excelentes", fundadores virtuosos de nuevos estados, se incluye también el recuento de traiciones y asesinatos. Rómulo, por ejemplo, asesinó a su hermano Remo y, más tarde, consintió el asesinato de Tito Tacio, con quien compartía el trono de Roma 7 . El propio Moisés, cuya gracia y extraordinaria virtud "lo hacía digno de hablar con Dios" (P, 6), para asegurar sus ordenamientos asesinó a "infinitos hombres" que se oponían a su autoridad 8 . Similarmente, el capítulo siguiente, dedicado casi por entero al ascenso y caída de Cesare Borgia, de quien Maquiavelo escribe que hizo "todo lo que debía hacer un hombre prudente y virtuoso para poner sus raíces en aquellos estados que las armas y la fortuna de otros le habían proporcionado" (P, 7), incluye el recuento de diversos asesinatos y traiciones cometidos por el Duque 9 . Todos los príncipes, al parecer, necesitan poseer virtù, ser ayudados por la fortuna y, también, hacer uso de medios crueles y criminales. Esta disolución de las clasificaciones, sugeriré, está encauzada al establecimiento de un nuevo "fundamento" para el poder del príncipe, el apoyo del pueblo. Maquiavelo contra "los escritores" La ambigüedad y ausencia de distinciones claras entre medios virtuosos y criminales de alcanzar el poder ha sido subrayada de modo insistente por los intérpretes. En Thoughts on Machiavelli, Leo Strauss sostiene críticamente que Maquiavelo difumina la diferencia entre el príncipe y el tirano 10 . Basada en la distinción entre el bien común y el bien privado o particular, la distinción entre el monarca legítimo y el tirano es uno de los elementos centrales del pensamiento político clásico, tradición de la que el florentino se aleja de manera explícita cuando sostiene que queriendo "escribir algo útil para quien lo lea, me ha parecido más conveniente buscar la verdadera realidad de las cosas que la simple imaginación de las mismas" (P, 15) 11 . Este esfuerzo explícito por alejarse de los escritores previos es sobre todo evidente en su tratamiento de las virtudes principescas 12 . Utilizando la forma retórica conocida como "espejo de príncipes" (speculum principium), de larga tradición dentro del mundo tenían por modelo a estas repúblicas aristocráticas, especialmente a Venecia 19 . Maquiavelo, en cambio, oponiéndose a esta común opinión, escribe que observando los propósitos de los nobles y de los plebeyos, veremos en aquéllos un gran deseo de dominar, y en éstos tan sólo el deseo de no ser dominados, y por consiguiente mayor voluntad de vivir libres (...). De modo que, si ponemos al pueblo como guardián de la libertad, nos veremos razonablemente libres de cuidados, pues, no pudiéndola tomar, no permitirá que otro la tome (D, I, 5) 20 . Ciertamente, el reconocimiento de la oposición entre dos grupos o clases dentro de la ciudad no es del todo original. En su discusión sobre las formas de gobierno que ofrece en la Política, Aristóteles ya sostenía que, en realidad, todas las ciudades están compuestas por dos clases, los ricos y los pobres 21 . Lo que sí resulta radicalmente disruptivo es su defensa del rol productivo del conflicto y, más todavía, su apenas escondido antiaristocratismo, esto es, su convencimiento de que la principal amenaza para la libertad no la representaban los "muchos" sino los grandes, que tenían un "gran deseo de dominar" al pueblo 22 . 9). El principado tiene su origen, por lo tanto, o en la ambición de los grandes o en el deseo del pueblo de resistir su dominación 52 . El problema del origen del principado, sin embargo, es dejado pronto de lado por Maquiavelo, que pasa de inmediato a discutir sobre la cuestión de su conservación. En este sentido, escribe que aquel que "llega al principado con la ayuda de los grandes, se mantiene en él con mayor dificultad que el que llega con la ayuda del pueblo" (P, 9). En el primer caso, el príncipe se encuentra "entre otros muchos a su alrededor que se creen iguales a él y por eso no les puede ni mandar" (P, 9). Quien llega al principado con ayuda del pueblo, en cambio, "se encuentra sólo en él, y tiene a su alrededor a muy pocos o ninguno que no estén dispuestos a obedecer. Además, no se puede honestamente y sin ofender a otros, satisfacer a los grandes, pero sí se puede satisfacer al pueblo" (P, 9) 53 . Por lo tanto, aquel que se alza al principado con el favor del pueblo debe "mantenérselo amigo". En cambio, "uno que contra la voluntad popular llegue a príncipe con el apoyo de los grandes, deberá, ante todo, intentar ganarse al pueblo, lo que será fácil si se convierte en su protector" (P, 9). Así pues, la oposición inicial entre los dos tipos de "príncipe civil" -aquel que llega al principado con la ayuda de los grandes y aquél que lo hace con ayuda del pueblo-es desplazada por la oposición, al parecer mucho más fundamental, entre el príncipe que tiene al pueblo como enemigo y el príncipe que tiene a los grandes como sus enemigos 54 . La conclusión que resume el contenido de este capítulo no puede ser expresada de modo más claro por el florentino: "a un príncipe le conviene contar con la amistad de su pueblo [è necessario avere il populo amico]" (P, 9). "Avere il populo amico" 52 "Porque, cuando los grandes ven que es imposible resistir al pueblo, empiezan a acrecentar la reputación de no de ellos y lo convierten en príncipe para poder así, bajo su sombra, desahogar sus apetitos. El pueblo, a su vez, viendo que no puede resistirse a los grandes, acrecienta la reputación de alguien y lo convierte en príncipe para defenderse con su autoridad" (P, 9). 53 "[P]orque el del pueblo es en fin más honesto que el de los grandes, ya que éstos quieren oprimir y aquél no ser oprimido. Además, no hay que olvidar que con un pueblo enemigo, un príncipe jamás estará seguro, porque son multitud; de los grandes sí puede estarlo, pues son pocos" (P, 9). 54 "Lo peor que un príncipe puede esperar del pueblo enemigo es que éste le abandone, pero si los enemigos son los grandes no sólo ha de temer que lo abandonen, sino que se revuelvan contra él" (P, 9). Extrañamente, a diferencia de los capítulos anteriores, Maquiavelo no ofrece ningún ejemplo moderno de un príncipe civil. El único ejemplo que ofrece es el de Nabis, al que los escritores antiguos consideraban, no debiera ya causarnos sorpresa, un tirano 55 . Los historiadores le atribuyen el asesinato de Macánidas, a quien luego sustituyó en el trono de Esparta. Vale preguntarse, por lo tanto, ¿por qué ofrecer el ejemplo de un usurpador en un capítulo dedicado por entero a su opuesto, el príncipe civil? Según Romain Descendre, a estas alturas Maquiavelo ha dejado de discurrir acerca de esta figura. Al transitar, sin ninguna línea de continuidad reconocible, del problema del príncipe que es llevado al poder por los ciudadanos, única definición que se ofrece del príncipe civil, al problema del príncipe que afianza su poder apoyándose sobre el pueblo, Maquiavelo habría abandonado su tema inicial para volver sobre la cuestión del príncipe que "per qualche via scelerata" se eleva al poder 56 . Ciertamente, resulta muy llamativo que el único ejemplo discutido en el capítulo sobre el "príncipe civil" sea el de un tirano. Esto debe ser interpretado, sin embargo, no como un desplazamiento hacia otro problema teórico sino más bien como un intento deliberado por desplazar los significados tradicionales asociados a estos términos. Nabis es llamado
doi:10.4067/s0719-36962020000200167
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