La antropología de Rábano Mauro en sus comentarios al corpus paulinum
Jaime Sebastián
2018
Anuario de Historia de la Iglesia
Influencia de las fuentes patrísticas en la glosa mauriana* En el año 1522 Lutero escribía su comentario definitivo a la carta a los Romanos. Antes, como se sabe, había leído sendos cursos sobre Romanos y Gálatas en Wittenberg (de 1515 a 1517). Lo que implica para el agustino reformador la carta a los Romanos es puesto de manifiesto en las primeras líneas del prefacio de su comentario de 1522. «Esta carta -dice Lutero-es verdaderamente parte principal del Nuevo Testamento y el evangelio más
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... ». Un poco más adelante añade: «Quiero contribuir y facilitar el acceso a ella mediante este prefacio, para que sea entendida mejor por todos. Porque hasta ahora ha sido oscurecida en forma lamentable con comentarios y toda clase de charlatanerías, si bien en sí misma es una luz brillante casi suficiente para iluminar toda la Escritura. / Ante todo, debemos conocer su lenguaje, de manera que sepamos lo que San Pablo quiere decir con palabras como: ley, pecado, gracia, fe, justicia, carne, espíritu, y otras semejantes; pues de lo contrario la lectura no tendrá ningún provecho». Las palabras de Lutero suponen esencialmente volver al origen de todo intento exegético y, como tal, perennemente válido y atrayente. Toda exégesis implica unos principios que van a condicionar la particular orientación de ella. Por esto, tiene sentido que nos preguntemos, más en el caso de Lutero, cuáles son tales principios doctrinales de partida. Sin duda, el reformador alemán soporta una visión de Dios y del hombre dramática y donde sólo existen las posibilidades extremas. Esta antropología desgarrada está presente en el conjunto de sus obras y muy particularmente en su exégesis de Romanos y Gálatas, que constituyen sus únicos comentarios paulinos. A estos comentarios exegéticos habría que sumar el opúsculo De servo arbitrio y poco más. El De servo arbitrio es una obra polémica, redactada contra Erasmo de Rotterdam. Tiene, pues, su contexto. En cambio, los comentarios paulinos de 1522, antes aludidos, no tienen un contexto tan determinado, aunque son más o menos contemporáneos. Visto todo esto, cabe que nos preguntemos nuevamente: ¿cuáles fueron realmente los principios de partida de Lutero? ¿sólo una visión dramática de Dios y del hombre? ¿sólo * Texto leído por el Dr. Jaime Sebastián Lozano en la solemne sesión de defensa de su tesis doctoral en Sagrada Teología, el día 3 de febrero de 1997, en la Universidad de Navarra. El tribunal estuvo compuesto por los doctores:
doi:10.15581/007.7.25711
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