Arbitraje PUCP PROCESOS CONSTITUCIONALES Y PROCESOS ARBITRALES: ¿AGUA Y ACEITE?
Francisco González De Cossío, I Introducción, A Propósito
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El objeto de este ensayo es ofrecer una postura sobre un tema que aqueja la región latinoamericana: la relación entre los procesos constitucionales y arbitrales. Se está librando una batalla intelectual interesante en nuestra región. La batalla es importante. La batalla es disimbola. La batalla es trascendente: de su resultado dependerán muchas cosas. Actualmente la batalla ostenta tanto victorias como derrotas. Éxitos y fracasos. Héroes y heridos-inclusive muertos. Consiste en cómo se conjugan
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... los procesos constitucionales y los procesos arbitrales. 1 Este ensayo busca jugar un papel en dicha batalla-y el papel será el de un conciliador. Un avenidor. Un buen componedor. El motivo no sólo obedece a la consideración evidente (dialogar en vez de pelear. Construir en vez de destruir), sino la convicción que ambas instituciones jurídicas tienen un papel importante que jugar, y que no tienen por qué contraponerse. Mas aún, el planteamiento actual del tema no es obligado, es destructivo y es lamentable. Lo que es peor, condena a ambos a un resultado que desfavorece a quien debería tener en mente: el gobernado. El tutelado. El 'consumidor' de dichos procesos. Para explicar por qué, a continuación describiré brevemente el escenario que estamos viviendo y cómo es producto de un planteamiento cuestionable (§I.C), no sin antes adelantar la idea que pretendo defender (§I.B). Luego procederé a dar los cimientos de la idea (§II), cómo implementarla (§III), y por qué considero que constituye un mejor resultado que el que invita la discusión actual (§IV). B. La idea La idea que pretendo defender es que uno puede ser partidario del garantismo, sentirse estimulado por el neoconstitucionalismo, entusiasta de la expansión de la tutela constitucional y convencional, tanto nacional como supranacional, y un convencido de la importancia de los derechos fundamentales y los tribunales constitucionales, y aún así defender la noción que no deben interferir en-y mucho menos obstruir-procesos arbitrales. El motivo: cada uno juega un papel importante y diferente-¡y complementario! Más aún, dado el estado de eficacia de los procesos constitucionales en la región, no adoptar la postura defendida tiene por efecto (1) entorpecer los procesos en las relaciones de coordinación (incluyendo el arbitraje), (2) distraer los procesos constitucionales al incluir dentro de su ámbito de atención áreas que los necesitan menos, y (3) diluir los recursos disponibles para procesos constitucionales, al ser empleados en áreas donde se requieren menos, distrayéndolos de las áreas donde se necesitan más. C. El actual planteamiento es cuestionable En su mayoría, el planteamiento actual despierta, en su aspecto analítico, lo que la lógica llama un "falso dilema".2 Y en su aspecto retórico, lo que los psicólogos llaman un diálogo de sordos.
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