Recensiones
VV. AA.
1978
Estudios Eclesiásticos. Revista de investigación e información teológica y canónica
El título de esta obra de P. Beauchamp podría sugerir que en ella se aborda el tema de la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Y, sin embargo, el tema de la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento no es más que el horizonte desde el que se emprende una lectura del primero: «el horizonte es la unidad de toda la Biblia» (p. 12). Ahora bien, por sorprendente que pueda parecer, la presencia del Nuevo Testamento está precisamente en una ausencia: «lo extraño es que una lectura
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... mada por el Evangelio se vea llevada a mantener el Evangelio a distancia, lo que ha sido nuestro caso» (p. 297). Con ello se constata que la lectura del AT que se hace en esta obra está polarizada por el Nuevo Testamento. pero sin que «la Ley y los profetas» pierdan su substantividad: el Evangelio interpreta el AT según «la verdad de éste» (p. 296). De esta forma se evitan dos escollos importantes: interpretar el A T con la misma interpretación que hace de él el NT, o bien leer el A T totalmente al margen del Nuevo. Desde el punto de vista metodológico la obra de Beauchamp se sitúa más allá de la historia de las formas, a la que se achaca una cierta inadecuación (de hecho es inaplicable a muchos textos) y una parcialidad que exige una complementación de tipo más integrador, que tenga en cuenta el sentido del texto en el contexto en que ha sido situado. Por otra parte la lectura que hace la historia de las formas tiene, muchas veces, una clara impostación arqueológica. P. Beauchamp pretende más bien una lectura teológica del A T, que lo sitúe en una ruta que, de hecho, desembocará en el NT. No se trata, por tanto, de hacer una lectura «neutra». Es indudable que la interpretación de Beauchamp está marcada por la polaridad del NT. Sin embargo, metodológicamente, se ha prescindido de hacer referencia al mismo. El hilo conductor fundamental del trabajo de Beauchamp será el tema de la alianza (Testamento). En el enfoque metodológico de Beauchamp me ha parecido percibir los ecos de la interpretación patrística y medieval, tal como ha sido sistematizada en los estudios de H. de Lubac. Sin embargo, Beauchamp "ha integrado en su intento de lectura teológica una serie de enriquecimientos que provienen de la crítica literaria e histórica de los últimos siglos. Por ello la teleología de su exégesis del A T difícilmente podrá adecuarse con los sentidos espirituales de la alegoría, la tropología o la anagogía. He de confesar que la obra me ha resultado difícil de leer. Sobre todo en sus primeras páginas. El prólogo resulta de un tono intimista difícil- 53 (1978) ESTUDIOS ECLESIÁSTICOS
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