Meritoria y espléndida labor la que viene realizando el Instituto de Cultura H1spánica bajo la insuperable rectoría intelectual del Pbro. Ra-fael Gómez Hoyos, un letrado verdadero y un hispanista que conoce las valencias de nuestro idioma. Lo confirma este Tomo del his-toriador doctor Miguel Aguilera, quien, sin vanos alardes, demuestra cuán profunda es su cultura, cómo ha penetrado en la esencia de lo colombiano, cómo fluyó el idioma entre el pueblo, lo mismo que agua pura, de acequia. Un

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... jo de veras importante y hermoso. El doctor en letras, doctor Aguilera demuestra cómo lo español trabajó y labró la conciencia del pueblo colombiano, dotándolo de maravillosos instru-mentos lexicográficos. Muy bien presentada la personalidad del histo-riador y publicista, en el siguiente concepto del prologuista de este libro que lo es el mismo doctor Gómez Hoyos. Afir ma: "Miguel Aguiler a n os h a obsequi ado con este libro, una de l as m ó.s jugosas obros de su espfri'lu. Responde asi, en el dorado atardecex· de su cxisto: ncia, a la r ecia vocación de una vida entregada toda a los menesteres de la do-cencia, al quehacer de la investigación histórica y al empeño de catear los r icos filones del idioma patrio. Todo ello caldeado por el fuego del amor irrestricto a lo castizo español, a la tradición genuina de los va-lores espirituales que nos llegaron de la madre patria. A mi e ntender la culminación del pensamiento hispanista de Aguilera es la obra que ahora comento, y que se nos ofrece a todos los buenos hablistas de la lengua española; Los Clásicos y el Habla Popular del Nuevo Reino. Presentada por el autor con modestas palabras y continuas protestas de la aparente inutilidad d e sus pesquisas y lucubraciones, sin embargo, a poco de ojear las páginas, ya puede advertir el lector la riqueza de su contenido en materia de léxico y semantica. la agudeza de sus ob-servaciones en achaques de sociología del lenguaje, el acierto de sus juicios valorativos en la crítica literaria". Bastante razón le asiste al ilustre Padre Gómez Hoyos en estas afir-maciones de una r esplandeciente evidencia. Porque este libro es una 1601