cado a la voluntad, hace más accesible el estudio de esta potencia racional en el pensamiento de Polo. El último punto que destacaría es la exposición y exégesis que se hace de Nietzsche en el capítulo V, y concretamente de la relación entre voluntad y nada que propone el filósofo germano. Este pequeño estudio se suma a Nietzsche como pensador de dualidades (Eunsa, Pamplona 2006, y también al capítulo "El error en Nietzsche" que aparece en la reciente publicación Estudios de filosofía moderna y

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... contemporánea (Eunsa, Pamplona 2012). Como es habitual, también aquí Polo se despega del comentario ad litteram y aporta novedosas interpretaciones y críticas al planteamiento nihilista y autodestructivo de Nietzsche. Es muy de agradecer el esfuerzo -manifiesto en la asiduidad con la que se publican-que se hace por corregir y editar los inéditos de Leonardo Polo y que de ese modo se promueve el estudio de su pensamiento.