Consejeros del Rey, Consejeros de las Repúblicas. Percepción y práctica habitual en el vademécum político de la Monarquía Hispánica del Quinientos y el Seiscientos
Francisco José ARANDA PÉREZ
2017
Studia Historica: Historia Moderna
Universidad de Castilla-La Mancha Correo-e: FcoJose.Aranda@uclm.es RESUMEN: En la teoría política cristiano-occidental se ha entendido al político como a un servidor que debía prestar a su señor auxilio y consejo. Lo primero empezó siendo ayuda militar para después derivar hacia la fórmula del servicio económico. Lo segundo era apoyar a dicho señor (casi siempre un rey) en sus labores de gobierno y gestión. Así, los políticos, los ministros, los oficiales, eran, primordialmente, consejeros,
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... nistraban o intermediaban dicho servicio real o público. Las reflexiones sobre el particular, desde la óptica del habitus, servirán para entender mejor los grupos dirigentes y oligárquicos, y de su labor y justificación frente al aparato real. De hecho, la tratadística sobre el consejo y los consejeros constituyó todo un subgénero de la literatura política de la que participaron junto a los castellanos otros tantos súbditos de la Monarquía Hispánica. En este * Artículo inserto en el Proyecto «Republicanismos, fiscalismos, regalismos. Adhesiones y disidencias en el pensamiento político hispánico en la Alta Edad Moderna (siglos xv al xvii)» (REFIRE), financiado por el MINECO (referencia HAR2013-45788-C4-3). Más información en www.derehis.com. Dedicado a mi ahijado Ángel Ruiz Kontara, quien se abre paso en la hermosa Baviera. C. die s. Iheronimo a. D. iiUxv. FRANCISCO JOSÉ ARANDA PÉREZ CONSEJEROS DEL REY, CONSEJEROS DE LAS REPÚBLICAS. PERCEPCIÓN Y PRÁCTICA HABITUAL EN EL VADEMÉCUM POLÍTICO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA DEL QUINIENTOS Y EL SEISCIENTOS [ 126 ] © Ediciones Universidad de Salamanca / Stud. his., H.ª mod., 39, n. 1 (2017), pp. 125-168 análisis se trazan dos líneas no siempre fáciles de deslindar. Por una parte, la consideración de los consejeros desde arriba, como apoyo al gobierno principesco mediante el sistema polisinodial; aquí encontraremos a autores como Furio Ceriol, Madariaga, Ramírez de Prado, Álamo de Barrientos y Mártir Rizo, los cuales acusan numerosas influencias de Erasmo, Vives, Bodin, Lipsio, Chokier de Surlet y Simancas. Y, por otra parte, los que propugnan posturas más republicanas o ciudadanas, entre los que hay que destacar a Costa Beltrán, Castilla Aguayo, Ballesteros Saavedra y Acevedo Salamanca. [ 128 ] © Ediciones Universidad de Salamanca / Stud. his., H.ª mod., 39, n. 1 (2017), pp. 125-168 de mantenimiento del, digamos, acervo simbólico-político de las elites conformadas en consejos (su capital cultural) va a ser el objetivo principal de este artículo, así como en la elaboración de códigos, reglas y consensos, explícitos e implícitos, para su actuación como grupo homogéneo de poder. Por supuesto que en estos tiempos modernos, como signo inequívoco de los mismos, la monarquía principesca se superpone a toda la estructura políticosocial. Pero no hay que olvidar que por el Humanismo, y por los mismos orígenes de la política, situados en Aristóteles (con algún antecedente interesante en Platón), sigue estando viva la consideración de las repúblicas, aunque cada vez más como partes intermedias del cuerpo místico-monárquico 6 . La mediocritas, como concepto político, amén de social, va a encontrar fortuna en casi todos los tratados, como vía directa hacia el mérito y la virtud, frente al mero biologismo de la sangre pura y noble. Por ello, quizá deberíamos empezar muy a ras de tierra recordando que en la teoría política cristiana-occidental -esto es, en la medieval y moderna en Europa-se ha entendido al oficial (político) como a un servidor que debía prestar a su señor auxilio y consejo (auxilium & consilium). Lo primero empezó siendo, meridiana y fundamentalmente, asistencia militar, sobre todo con pertrechos de caballería, para después ir derivando de forma progresiva hacia la fórmula del servicio económico, a su paulatina y más cómoda sustitución por un pago en dinero que pugnará por universalizarse; así el señor-rey obtendrá servicios de sus vasallos y tributos de sus súbditos. Por su parte, lo segundo, lo de aconsejar, era en definitiva apoyar a dicho señor (casi siempre un rey o incluso un emperador) en sus arduas labores de gobierno y gestión. En este sentido, los políticos, los ministros, los oficiales, etcétera, eran, de manera primordial, consejeros, que, entre otras cosas administraban o intermediaban dicho servicio real y/o público. Pero, como ya pusieran en evidencia autores modernos y han remarcado después y debates para una política hispánica», en Aranda Pérez, F. J. y Rodrigues, J. D. (coords.): De Re Publica Hispaniae. Una vindicación de la cultura política en los reinos ibéricos en la primera modernidad. Madrid, 2008, pp. 19-58. Sobre dicha carga simbólica mucho sabe Rodríguez de la Flor Adánez, F.: Mundo simbólico. Poética, política y teúrgia en el Barroco hispano. Madrid, 2012. 6. Aranda Pérez, F. J.: «Rey y república. Orígenes y conceptualizaciones del príncipe en la tratadística española (siglos xvi-xvii)», en Jiménez Estrella, A. y Lozano Navarro, J. J. (coords.): El Estado Absoluto y la Monarquía. Homenaje a don Antonio Domínguez Ortiz en el Centenario de su Nacimiento. Granada, 2012, pp. 9-20; «Repúblicas ciudadanas. Un entramado político oligárquico para las ciudades castellanas en los siglos xvi y xvii», en Estudis, 32, 2006, pp. 7-47; «Un reino de repúblicas. Comunidades políticas oligárquicas y su representación en la Castilla moderna», en Faya Díaz, M. Á. (coord.): Las ciudades españolas en la Edad Moderna. Oligarquías urbanas y gobierno municipal. Oviedo, 2014, pp. 23-62. FRANCISCO JOSÉ ARANDA PÉREZ CONSEJEROS DEL REY, CONSEJEROS DE LAS REPÚBLICAS. PERCEPCIÓN Y PRÁCTICA HABITUAL EN EL VADEMÉCUM POLÍTICO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA DEL QUINIENTOS Y EL SEISCIENTOS [ 129 ] © Ediciones Universidad de Salamanca / Stud. his., H.ª mod., 39, n. 1 (2017), pp. 125-168 estudiosos contemporáneos 7 , había hasta tres niveles políticos: 1) el personal y familiar, que parecía atañer más a las lecciones morales de las virtudes -aunque no solo-; 2) el republicano-ciudadano, o social, como ahora suele denominarse; y 3) la alta esfera principesco-monárquico-imperial. Por tanto, vamos a tratar de realizar algunas reflexiones sobre este modelo de consejeros públicos -por partida doble-, también para un mejor entendimiento de la dinámica interna de los grupos dirigentes y oligárquicos de los reinos, y de su labor y justificación frente al cada vez más imponente aparato real. También podemos verlo bajo la sugerente óptica de los distintos empleos de adquisición y propagación de la información para gobernar 8 . Además, podemos apoyarnos en todo un subgénero de la literatura y la tratadística política, la dedicada a los consejos y a los consejeros, que inundó el panorama editorial mientras se forjó y mantuvo fuerte el sistema polisinodial de la Monarquía Hispánica de los Austrias, y algo más allá como inercia. Aunque postergado por los Borbones, por el Liberalismo, el Republicanismo y los Regímenes Autoritarios, no obstante, la tradición política de los consejos y de los consejeros ha seguido viva, al menos en la terminología, en nuestras prácticas y usos políticos y comerciales actuales, plagados de consejos, consejerías, consejeros, consultores, consultivos, etcétera, y demás engendros perifrásticos. No vendrá mal, por consiguiente, bucear en el habitus de la práctica política consiliar (o conciliar) hispánica altomoderna; desde arriba y desde abajo, como veremos en los puntos siguientes. Se podrá objetar, tal vez, que los discursos que van a ser analizados pecan de teoricismo, intelectualismo, incluso de idealismo. Con todo, no debemos considerar la existencia de una cesura absoluta entre reflexión y acción, entre teoría y práctica políticas, pues, a la hora de la verdad, ambas cuestiones se influyen, cuando no se refuerzan la una a la otra como constituyentes de su habitus; es la mixtura del modus operandi con el opus operatum, que exige mirar entre líneas y descifrar códigos y mitos sensitivos: no existe la política por la política. De hecho, la mayor parte de los escritores son hombres prácticos, cuando no hombres de acción; otra cuestión es su mayor o menor subjetivismo, aunque no dejan de ser actores implicados en la historia o con su propia historia. En la alta estructura social (las 7. Cfr. Brunner, O.: Estructura interna de Occidente. Madrid, 1991; también Casey, J. y Hernández Franco, J. (coords.): Familia, Parentesco y Linaje. Historia de la Familia. Una nueva perspectiva sobre la Sociedad Europea. Murcia, 1997. 8. Como para el caso español, aunque en la vertiente colonial, ha puesto el evidencia el profesor Brendecke, A.: Imperio e información. Funciones del saber en el dominio colonial español. Madrid, 2012, especialmente capítulo IX. FRANCISCO JOSÉ ARANDA PÉREZ CONSEJEROS DEL REY, CONSEJEROS DE LAS REPÚBLICAS. PERCEPCIÓN Y PRÁCTICA HABITUAL EN EL VADEMÉCUM POLÍTICO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA DEL QUINIENTOS Y EL SEISCIENTOS [ 130 ] © Ediciones Universidad de Salamanca / Stud. his., H.ª mod., 39, n. 1 (2017), pp. 125-168 elites que nos ocupan) es más que evidente la idea de representación, en donde se reparten los «papeles», las «partituras» y los «planes» que van construyendo su realidad 9 . A decir del mismo Bordieu: Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus, sistema de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente «reguladas» y «regulares» sin ser el producto de la obediencia a reglas, y a la vez que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser producto de la acción organizadora de un director de orquesta 10 . FRANCISCO JOSÉ ARANDA PÉREZ CONSEJEROS DEL REY, CONSEJEROS DE LAS REPÚBLICAS. PERCEPCIÓN Y PRÁCTICA HABITUAL EN EL VADEMÉCUM POLÍTICO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA DEL QUINIENTOS Y EL SEISCIENTOS [ 131 ] [ 135 ] © Ediciones Universidad de Salamanca / Stud. his., H.ª mod., 39, n. 1 (2017), pp. 125-168 discernimiento de las mejores condiciones personales de sus elegidos 22 . Para Furio Ceriol el consejo viene a ser una extensión de los sentidos, el entendimiento y las extremidades del propio príncipe: El Consejo del Príncipe es una congregación o ayuntamiento de personas escogidas para aconsejarle en todas las concurrencias de paz y de guerra, con que mejor y más fácilmente se le acuerde de lo pasado, entienda lo presente, provea en lo por venir, alcance buen suceso en sus empresas y huya de los inconvenientes, a lo menos... halle modo con que dañen lo menos que ser pudiera. FRANCISCO JOSÉ ARANDA PÉREZ CONSEJEROS DEL REY, CONSEJEROS DE LAS REPÚBLICAS. PERCEPCIÓN Y PRÁCTICA HABITUAL EN EL VADEMÉCUM POLÍTICO DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA DEL QUINIENTOS Y EL SEISCIENTOS [ 137 ]
doi:10.14201/shhmo2017391125168
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