USO DE NITRÓGENO Y POTASIO PARA INCREMENTAR LA PRODUCCIÓN Y PERSISTENCIA DE TRÉBOL BLANCO

M Mosquera-Losada', Y González-Rodríguez
1997 Revista PASTOS: XXVII   unpublished
El objetivo de esta experiencia fue evaluar el efecto de la fertilización nitropotásica sobre la producción del pasto y el porcentaje de leguminosa que éste presenta durante cuatro años. En un diseño de parcela subdividida se aplicaron tres dosis de nitrógeno a las parcelas principales y tres dosis de potasio a las parcelas secundarias. La fertilización nitrogenada y potásica aumentó la producción de pasto, siendo la primera más importante durante los dos primeros años y la segunda en los dos
more » ... guientes. La respuesta de la pradera a la fertilización potásica depende del nivel de nitrógeno aplicado siendo más eficiente a niveles intermedios de nitrógeno. El trébol blanco juega un papel importante en esta relación al suplementar con nitrógeno las praderas que han recibido un manejo en fertilización que le favorece, esto es, dosis altas de potasio y bajas de nitrógeno para dosis intermedias de fósforo. Se recomienda utilizar potasio cuando se pretenda asegurar la persistencia del trébol. Palabras clave: Pradera mixta, manejo, composición botánica INTRODUCCIÓN La fertilización y el manejo de praderas en pastoreo son las dos opciones principales del pascicultor para poder controlar e influir sobre la producción de praderas de forma directa. En la zona atlántica española, una vez establecidos los valores adecuados de pH y de porcentaje de saturación de aluminio mediante el uso de enmiendas calizas y dotado el suelo del contenido adecuado de fósforo (Rodríguez y Domingo, 1987), la producción de pasto parece estar claramente determinada por la fertilización nitrogenada. El uso de fertilizantes nitrogenados ha sido y es una práctica fuertemente extendida entre los agricultores de todo el mundo como medio de obtener aumentos significativos de la producción. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado que este siste-208 PASTOS 1997 ma acarrea una serie de problemas medioambientales importantes, al ser el nitrógeno un elemento que no queda retenido por el suelo, si no lo utiliza la planta. Aquel se lava y pierde a través del agua de percolación hacia las comentes de los ríos incrementando significativamente el contenido en nitratos, lo que provoca una situación de eutrofización de los mismos y, por tanto, de contaminación. Otro problema asociado a la producción de praderas es la necesidad de resiembra a los pocos años de su establecimiento, sobre todo en cuanto al contenido en trébol blanco se refiere. Esta especie, como todas las leguminosas, posee la capacidad de introducir nitrógeno atmosférico en el suelo de forma más gradual que a través de la utilización de fertilizantes, mantiene una producción más uniforme a lo largo del año e incrementa la calidad de la pradera al ser una especie con un alto contenido en proteína, parámetro directamente relacionado con la obtención de productos ganaderos (Rodríguez y Domingo, 1987). Estudios desarrollados en nuestra región indican que la cantidad de nitrógeno que las leguminosas sembradas en praderas mixtas fijan en el suelo puede superar los 200 kg N por hectárea y año (Leaver, 1988; González, 1986) . Ello hace que sean especies muy deseadas por el pascicultor en sus praderas, aunque con frecuencia su contenido se presenta inferior al 30% recomendado. Se ha estudiado intensamente la forma de mejorar o mantener el porcentaje del 30% de trébol en las praderas mixtas (H.M.S. O., 1996). Entre los sistemas recomendados para lograr este objetivo destacan los pastoreos rotacionales con periodos de rebrote cortos e intensidades de pastoreo fuertes, cargas ganaderas o presiones de pastoreo elevadas y fertilización nitrogenada reducida (Mosquera, 1993) . Sin embargo, el principal inconveniente de los sistemas basados en trébol es la existencia de los llamados "años malos de trébol", en los que la producción se ve claramente reducida, por lo que el agricultor está obligado a utilizar fertilizantes nitrogenados. Por otra parte, parece que las leguminosas, sobre todo, las del género Trifolium, que son las más utilizadas en praticultura, son especies relacionadas con los contenidos en potasio del suelo (Frame, 1990) . El estudio de la fertilización potásica en Galicia y su relación con la composición botánica del pasto no se ha realizado en profundidad, ya que en ensayos previos se ha detectado que su uso no repercutía significativamente en la producción de pasto (Piñeiro et ai, 1977). Aunque, por supuesto, sí existen recomendaciones en torno a 100 kg de K:0 por hectárea en el momento de la siembra y varias aplicaciones de la misma dosis en las primaveras siguientes (Xunta de Galicia, 1989) que se basan en los valores de extracción de este elemento por el pasto en praderas de siega (Gómcz-Ibarlucea et ai, 1981). En caso de praderas de pastoreo se relacionaban también con el introducido por el reciclaje de las deyecciones bien sea a través de la PASTOS 1997 209 producción de heces o de la distribución de purines, práctica esta última fuertemente extendida en nuestra zona. En otros lugares como el sur de Inglaterra se ha cuantifícado la producción de este elemento a partir de la roca madre en torno a unos 600 kg K:0 por hectárea y año, lo que claramente sobrepasa las recomendaciones de aplicación en nuestra zona. El escaso efecto de la aplicación de potasio en la producción de pasto en los primeros años, la suposición de la existencia de cantidades aceptables de potasio asimilable suministrados por la roca madre, sobre todo, los procedentes de rocas ricas en micas y feldespatos potásicos (Simpson, 1986) y los niveles medios de este elemento detectado en la mayoría de los análisis de suelos agrícolas que se realizan en nuestra zona, ha llevado a no priorizar el estudio del efecto de este tipo de fertilización y su relación con la producción de pasto. Sin embargo, al ser el potasio un elemento relacionado con la producción de Trifolium, género indispensable en granjas de carácter extensivo en las que la aplicación de fertilizantes se debe reducir al máximo por motivos económicos y ecológicos, hace que hoy en día el estudio de este tipo de fertilización sea interesante (Frame et al., 1992) . Scnmgeour et al. (1991) recomiendan la necesidad de praderas mixtas de raigrás y trébol sin fertilización nitrogenada en ciertas zonas. La fertilización nitrogenada tiene un efecto negativo sobre la producción y contenido de leguminosas en el pasto, por lo que el estudio del uso de fertilizantes potásicos, su relación con la producción y composición botánica del pasto va a depender en gran medida de los niveles de nitrógeno utilizados en las explotaciones ganaderas (Simpson etaU 1988). El desarrollo de estudios como el que se expone en este trabajo cuyo objetivo primordial es ver el efecto de la fertilización nitropotásica sobre la producción y contenido en leguminosas de la pradera por todos los motivos aquí expuestos, está plenamente justificado. MATERIAL Y MÉTODOS El estudio se realizó en la localidad de Sergude situada en la provincia de La Cortina durante los años 1989, 1990, 1991 y 1992. Es una zona caracterizada, sobre todo, por una elevada precipitación anual en torno a los 1500 mm/año, siendo de 1655, 1564, 1391 y 1245 para 1989, 1990, 1991 y 1992, respectivamente. Los análisis de suelo en los que se realizó el ensayo revelaron una estructura arcillo-arenosa con un pH en agua de 5,4, con una acidez de cambio de 3,5 y unos niveles altos de materia orgánica (8,01%). Presentaba un nivel de fósforo asimilable bajo (6,1 ppm) y un nivel medio de potasio (125 ppm). PASTOS 1997 El ensayo se inició en el otoño del año 1988, cuando se estableció una pradera mixta utilizando una mezcla de 25 kg ha ' de Lolium perenne cv. Brigantia, 3 kg ha' de Thfolium repens cv. Huia y 1 kg ha ' de Trifoliiim pratense cv. Maragato. La fertilización utilizada en el momento de la siembra fue de 120 kg N ha', 120 kg P;0> ha' y 120 kg KJO ha -'. El diseño experimental utilizado fue de bloques al azar con parcelas subdivididas, en los que se distribuyeron aleatoriamente tres dosis de potasio (kg K:0 ha"': K1=0, K2=50+50, K3=100+100) para cada uno de los tres niveles de nitrógeno (kg N ha ': N1=0, N2=30+30, N3=60+60) en cuatro bloques. La dosis anual de fósforo fue 120 kg P:0> ha -1 , que junto con la primera dosis de nitrógeno y potasio se distribuyeron a finales del invierno, como se realiza habitualmente en la zona. Después del segundo corte se aplicaba la segunda dosis de potasio y nitrógeno. Los cortes se realizaron durante el período de primavera y otoño ya que no se aplicó riego a las praderas y, por tanto, no hubo crecimiento de pasto en verano por los efectos de la sequía estival que normalmente ocurre en la zona. Los cortes se realizaron en los meses de abril, mayo, junio, julio y diciembre. Si la sequía se adelantaba, el corte del mes de julio no existía al ser nula la producción de pasto como ocurrió en el último año. En Galicia, normalmente se destinan a silo las praderas recién sembradas, intentando simular este manejo en los dos primeros años, así, después de la siembra, se dejó sin realizar el primer corte en las praderas a las que se aplicó la dosis alta de nitrógeno, para posteriormente (años 3 y 4 de la experiencia) ser cortadas al mismo tiempo que las parcelas con las otras dosis de nitrógeno, simulando un régimen de corte frecuente o pastoreo. Las parcelas utilizadas para la realización de este estudio eran de 2 x 5 nr, cortándose en el campo una franja de 1,1 x4nr con el objetivo de estimar la producción en peso verde total sin tener el efecto borde en cada parcela. Posteriormente se envió una muestra de 200 gramos por parcela al laboratorio, que se subdividía en dos submuestras del mismo peso, una para determinar el contenido en humedad de la misma (80 °C x 18 hr) y otra para realizar un estudio de la composición botánica de la misma a través de la separación manual de tres fracciones: gramíneas sembradas, leguminosas sembradas y otras especies. Los resultados fueron analizados a través de la realización de un ANOVA y se utilizó la prueba estadística LSD para separar las medias. RESULTADOS Suelo El pH y los contenidos en fósforo y potasio asimilable así como en potasio de PASTOS 1997 211 cambio al final de la experiencia se presentan el la Tabla 1. La aportación de nitrógeno como nitrato amónico calcico supuso un aumento significativo, aunque pequeño en el pH, este efecto no se detectó cuando se adicionaba potasio. Los niveles de fósforo asimilable no se vieron afectados por los distintos tratamientos, siendo además altos, lo que indica que como se pretendía este nutriente no fue limitante. El contenido en potasio del suelo no se vio significativamente afectado por la fertilización nitrogenada pero sí por la potásica. Los niveles de potasio asimilable eran bajos en los tratamientos Kl y K2 y medios en K3 y el de cambio muy bajo en los tres tratamientos. La fertilización potásica incrementó significativamente el contenido en potasio en el suelo. TABLA 1 pH y contenidos en potasio (K2O, ppm) y fósforo asimilable (P2O5, ppm) y potasio de cambio (K, meq/lOOgr) para los tres tratamientos de nitrógeno y potasio. pH available potassium (K:C), ppm) andphosphorous (P:0>, ppm), and exchangeable potassium (K, meq/lOOgr) in each treatment of nitrogen and potassium.
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