Nota sobre una acequia perdida bajo el casco antiguo de la ciudad de Huesca

Javier Lanaspa, Alfredo Serreta, Oliván, -José Antonio, Cuchí Oterino
2000 unpublished
RESUMEN Durante unas excavaciones arqueológicas reali-zadas en el casco antiguo de Huesca se ha encontra-do una antigua acequia que dejó de usarse durante la época romana. El estudio de su posible origen sugie-re, al menos, una edad romana para una parte del regadío en Huesca procedente del río ¡suela. SUMMARY An old and lost ditch was discovered during archeological works in the historie nucleus 01 Hues-ca. The search olits possible origin suggests, at least, aRoman root lar a part 01 the
more » ... ation network 01 Huesca lrom the ¡suela river. INTRODUCCIÓN Las obras de conducción de agua han tenido siempre gran importancia en la cuenca del Ebro. La escasez, crónica o periódica, de este recurso hace que las obras de captación, almacenamiento, derivación y transporte hayan jugado siempre un importante papel. La acequia, hasta épocas muy recientes, ha sido el sistema básico de transporte de agua para riego. • Calle Ávila, 12, 5.° A. 50005 Zaragoza.. Salvo las pequeñas obras de captación, división de caudales o paso de cauces, su trazado se excava a mano en tierra, rocas y sedimentos de poca o media-na dureza. Su diseño exige únicamente una inteligen-te labor topográfica para proporcionar la adecuada pendiente longitudinal. Un valor de diseño demasia-do suave reduce el caudal y predispone al aterra-miento. Una pendiente excesiva reduce la superficie dominada y crea problemas de erosión. El mantenimiento se realiza habitualmente de forma manual y rutinaria, conservando las infraes-tructuras existentes, sin grandes innovaciones en tra-zados, secciones o materiales del cajero. Es común el reciclado de materiales, como sillares de edificacio-nes obsoletas. REGADÍO Y HUESCA El regadío ha jugado un papel relevante de la historia de la ciudad de Huesca. Hasta época muy reciente éste ha utilizado las aguas superficiales de los ríos Isuela y Flumen, así como del barranco de Manjarrés y otros pequeños cauces. También se riega con las aguas subterráneas del pequeño acuífero de Cillas-Miquera-Loreto, del ibón que aflora en la güega de Huesca con Banastás y Y équeda, así como de fuentes menores como la de Santa Lucía. Una des-cripción detallada puede encontrarse en Mur (1919). En todos los casos la disponibilidad de agua es francamente modesta, reduciéndose sensiblemente durante los estiajes. En el entorno de Huesca, la superficie potencialmente regable siempre ha sido superior al agua disponible que, junto a la estaciona
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