Lo que se ha dado en llamar "teatro del absurdo" surge en Cuba a fines de la década de los años cuarenta, con una pieza en un acto titulada Falsa alarma, de Virgilio Pinera (1914), escrita antes de que se estrenara en París La soprano calva de Eugène lonesco. Virgilio Pinera es el más importante dramaturgo cubano en lo que va de siglo. Habría que añadir que es cuentista, novelista, poeta y crítico literario, pero ante todo es dramaturgo, como él afirma: El escritor veleidoso quiere, por

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... , afirmar su constancia como escritor. Todos los géneros literarios le son buenos para afirmar su voluntad de querer ... es decir, de querer ser un escritor. Lo que pasa conmigo es que soy, esencialmente, un hombre espectacular, y el teatro que es a su vez espectáculo, constituye mi veleidad favorita.'