PREVENCIÓN E HIPERTENSIÓN: ROL DE LOS FÁRMACOS PREVENTION AND HYPERTENSION: ROLE OF DRUGS

Alonso Arturo, Ruiz Perea, Alonso Arturo, Ruiz Perea
2012 unpublished
A finales del mes de agosto leí con detenimiento una reciente publicación que me permito anexar a la presente (1). En el artículo se analizan los estudios elegibles disponibles so-bre los beneficios y los riesgos de tratar adultos hipertensos, en términos de prevención primaria y se concluye que, frente al placebo , el tratamiento con fármacos no redujo la mortalidad, los eventos coronarios, los eventos cerebrovasculares, ni los eventos cardiovasculares totales en individuos con hipertensión
more » ... erial estado 1, por lo demás sanos. Estas preocupantes y desconcer-tantes conclusiones desvirtuarían totalmente el paradigma de la prevención primaria cardiovascular teniendo como objetivo fundamental controlar cifras tensionales que protejan al individuo contra la principal causa de morbilidad y mortalidad. De otro lado, Laurent y colaboradores (2), en un artículo en el cual revisan nuevos antihipertensivos, procedimientos y dispo-sitivos para el control de la hipertensión arterial, afirman que entre las principales fallas en el intento de modificar la historia natural de la enfermedad hipertensiva y sus catastróficas con-secuencias se encuentran la misma inercia de los médicos para lograr metas terapéuticas, así como la falta de adherencia de los pacientes a los tratamientos, el efecto de la "bata blanca" y la interacción con otros fármacos. Por las consideraciones anteriores y dado que la primera cau-sa de morbilidad y de mortalidad no solo en el mundo sino en Colombia y en el Cauca, es la hipertensión arterial y la enfer-medad cardiovascular (coronaria y cerebrovascular), sugiero a usted, al Comité Editorial de la Revista de la FCS y a los epide-miólogos generales y clínicos de toda la facultad se sirvan eva-luar desde la perspectiva de la Epidemiología (y de la práctica clínica) la revisión de Cochrane anexa y escriban sus conclusio-nes en un corto artículo en la Revista sobre estas inquietantes conclusiones que sin duda aclararía las dudas que tenemos en Medicina Interna. Si el tratamiento antihipertensivo que el colectivo médico alre-dedor del mundo ha venido usando desde hace más de 60 años no ha logrado reducir la morbilidad y mortalidad cardiovascular, creo que la Medicina no ha hecho nada para modificar la historia natural de la enfermedad. Es probable que a futuro se demuestre desde la Epidemiología (pero no desde la práctica clínica) que el tratamiento de la diabetes mellitus y de la hiperlipidemia tampo-co haya logrado reducir los riesgos cardiovasculares. Invito a los especialistas en Epidemiología para que se reúnan, analicen el tema y nos orienten a los clínicos que manejamos o creemos manejar el problema sobre si intervenimos farmacoló-gicamente o no a nuestros pacientes y para que cambiemos la enseñanza y orientación de los estudiantes. Me resisto a creer en posiciones nihilistas y expectantes mientras, como expresan los de Lancet, las complicaciones cardiovasculares siguen avan-zado por falta de vigor y decisión médica en el manejo farmaco-lógico de la hipertensión arterial. De usted, cordialmente,
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