El capítulo milagroso
Hernán Zavala
2012
eHumanista/Cervantes
unpublished
A la memoria de R.H. Moreno-Durán ¿Quién narra el Quijote? Esta es una pregunta frecuente entre los aficionados a la excelsa novela de Cervantes y no dejan de extrañarme las opiniones que he escuchado aquí y allá, sobre todo durante aquel año conmemorativo que parece haber hecho jauja entre los propios y extraños que se lanzaron a escribir cuanto se les ocurrió sobre el Quijote. Sin embargo, la respuesta a esta pregunta, en apariencia elemental, no resulta tan obvia aunque tal vez así le haya
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... recido a más de uno. Cuando leemos la primera frase tan de todos conocida: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero," de inmediato surge la duda: ¿quién escribe estas palabras, quién es el narrador o "yo poético" de la novela? Mario Vargas Llosa afirma que se trata "de un narrador anónimo, que habla a veces en primera persona pero más frecuentemente desde la tercera de los narradores omniscientes" (Vargas Llosa 23). Yo no comparto esta opinión y no tengo ningún reparo en afirmar que el narrador que abre la historia de las aventuras de don Alonso Quijada o Quijano no es otro que el propio Miguel de Cervantes Saavedra que inicia la novela con su propia voz. La clave para probar esto, más que la utilización de la primera persona asumida por el narrador-que siempre se ejerce de manera un tanto engañosa y que bien podría formar parte de una mera convención novelística-es su negativa a mencionar el lugar preciso donde vivía el hidalgo caballero. El narrador bien pudo haber escrito "no puedo acordarme" o, en caso de haber adoptado una omnisciencia editorial, "del que nadie se acuerda." El hecho es que se negó a revelárselo a sus lectores, bien para evitar que identificaran al personaje o bien para que no ubicaran el lugar preciso en donde le surgió la idea de su historia. Tal vez por ello los primeros capítulos del Quijote dan la impresión de que Cervantes mismo no acababa de definir bien su estrategia narrativa, ni el perfil exacto de su personaje en tanto que su concepción original era sobre todo la de enarbolar una diatriba en contra de las novelas de caballería, aunque también queda claro que ya desde ese primer capítulo se encuentran presentes la mayor parte de las ideas básicas a partir de las cuales Cervantes iba a desarrollar su novela: la presencia de Dulcinea del Toboso de nombre "músico y peregrino," inspirado en la tal Aldonza Lorenzo de quien dice el narrador era "una moza labradora de muy buen parecer, de quien él algún tiempo estuvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cata de ello" para crear a la postre a la heroína más ambigua, memorable e inaprensible de cuantas haya concebido el ingenio humano. Es decir, existía en Cervantes una concepción general de su trama y de sus personajes pero será sobre la marcha de la escritura que el novelista moldeará a su héroe, su entorno, sus caracteres secundarios, Dulcinea incluida entre ellos, y sobre todo su estrategia narrativa que, con gran intuición, cambiará al ritmo de los acontecimientos. A medida que la historia avanza Cervantes adopta, efectivamente, una voz más omnisciente ("Hechas pues estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento..." (I, 2) y nos narra la primera salida de Don Quijote, de mañana,
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