El accionar directo, como toda cuestión social, puede ser abordado desde diversos puntos de vista, una aclaración de los autores hacia el final de la presentación nos introduce de lleno en la perspectiva que adoptan y que nos acompañará a lo largo de su recorrido: "muchas veces nos han cuestionado el legitimar o promover la acción directa, en especial la violenta, a partir de nuestros estudios. Queremos señalar que no hacemos filosofía política, que nuestra meta no es discutir el deber ser sino

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... lo que es. No nos proponemos legitimar determinados hechos, sino explicarlos."(pág. 18); y el resto de las páginas son fieles a esta primera apuesta, habiendo por detrás de ellas una ardua de investigación que va desde el trabajo de campo al análisis deconstructivo del fenómeno de la acción directa. Pérez y Rebón comienzan introduciéndonos históricamente en el fenómeno de la acción directa, señalando que comenzó siendo una de las formas de vehiculización del malestar social, para luego convertirse en una forma característica del conflicto social en la última década. El recorrido histórico comienza en 2001, época en la que surgió como principal forma de expresión de los oprimidos y, más tarde, los autores marcan un cambio de época a partir de 2003, momento a partir del cual habría una disminución de este tipo de acciones, gracias a la integración parcial de las clases subalternas, aunque, por la persistencia de diversos elementos, continuará siendo una forma de acción privilegiada en momentos concretos. Dos trabajos son los que enriquecen las páginas de este libro. El primero "Notas acerca de la acción directa y el cambio social" desarrolla un abordaje teórico en torno al concepto de acción directa. Tal como afirmaban en la introducción los autores, deconstruyen aquí las diferentes aristas de un fenómeno que suele ser asociado "(...) en la práctica con diversos significados: como sinónimo de