ALBERTO V ALEN. ZUELA LLANOS
La Exposición, Tan Completa Co-Mo
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ha sido posible hacerlo, de la obrad~ Alberto Valenz~ela Llanos, que la Facultad de Bellas Artes tuvo la feli.:z, la hermosa idea de organizar para honrar la memoria del gran artista, en el décimo ani~ versario de su prematura y cruel muerte (julio de 1925), más que un simple homenaje, es la consagración de una gloria definitiva, una ver-dadera apoteosis, puerta admirable por la cual el intérprete más genial, hasta ahora, de la naturaleza chi-lena, en , todo los aspectos de su suprema belleza,
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... ntra a la poste-ridad. Quiere eso decir que pasó el ti~m pe~~ de discutir escuela, estilo. y manera, de hablar de nas, son profundamente or1ginales y chil~nas. Al · pasar en revista, aunque no sea si~o por el recuerdo; las obras más características de los más grandes paisaj;sta!' de todos los ti~mpos y c!e todas las escuelas, tanto de las antiguas como de la.s m~d~rnas, es cuando se puede no• tar ~asta qué punto son originales y personales las de Valenzuela Lla-nos, · ya que en ellas no se puede encontrar parentesco ni semejanza siquiera con lo que pintaban aque-llos mae'!tros. Recuerdo que hace bastante tiempo ya, tuve ocasión de señalar la opinión de un gran crttico de arte de París que, al ~lo-. ; giar con entusiasmo unos c u adros del pintor chileno. insistía sobre el modernismo o. de ::lasicismo; las. car;ícter «exótico» de esos paisajes, obras de Valen~:uela 'Lrano~ · están' ' ' lo que, dicho por un francés, queria · ya por encima de todas estas die-expresar que eran muy distintos cusiones: son «Ellas , , son ¡tenui-de los que l'Íntaban los l'ai•ajistas franceses, o, en general. europeos. Eran, _pues, para un ojo europeo, paisajes chilenos, que, por consi-guiente, afirmaban la existencia de un estilo-chileno, de una escuela chi-lena, ya libre de las inlluencias de-masiado directas, por lo demás muy explicables y naturales para quien conoce la historia del arte en Chile, que no se puede dejar de notar en las obras de los artistas chilenos de las generaciones anteriores que b a-bían, casi todos, hecho su. ' 3 estudios artísticos en París. Y en realidad es y quedará esencialmente chile-na toda la obra de este gran artista mundial. Pero no se crea que la conquista por Valenzuela Llanos de una ori-ginalidad, de una pcrsonálidad, de un e•tilo propio, fué espontáñea, o siquiera muy rápida; fué, al contra-rio, un lento proceso, una progre-sión prudente , pero constante y consciente en el largo camino que llevaba seguramente a la maestría, En la exposición actual se puede seguir al artista, paso a paso, en este camino, ya que figuran en ella desde sus primeras obras de ju-ventud hasta las últimas, pasando por todas las etapas de su magní-fica ' labor. Pe~o. antes de seguir, hay que rendir homenaje al maes-tro que guió a Valenzuel a Llanos en sus primeros pasos de pintor, a don Pedro Lira. Es indudable que los' principios se_~eros de disciplina, de h onradez. artística, de trabajo porfiado que supo inculcar el maes-tro a su joven discípulo y que éste observó durante toda su carrera, contribuyeron no poco a dirigirle, a fortalecerle en el hermoso fer'o duro y .. peligroso camino del arte. En los primeros cuadros de V a-lenzuela, la inlluencia avasalladora del maestro-era el defect~ de la enseñanza demasiado person~l de · don Pedro Lira-salta a la vista,
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