Puebla, Nopalucan, Orizaba. Potrero

Edward Burnett Tylor
2007 Athenea Digital  
Llegamos a Puebla por la tarde y nos pareció una ciudad española muy bonita, con calles rectas pavimentadas y hermosas casas de piedra. Nos intrigaron "los pasadizos", una especie de espacios pavimentados que atravesaban las calles a breves intervalos, obstaculizando el progreso de las carretas que tuvieron que subirse a ellos y bajarlos por rampas inclinadas. Sin embargo, por la noche nos dimos cuenta de su sentido, ya que cayó una tormentosa lluvia que, cinco minutos después de la primera
more » ... , convirtió cada calle en un río furioso. Durante media hora los pasadizos cumplieron su función, dejando al agua pasar por debajo y a los peatones atravesar la calle sin mojarse. Finalmente, el agua barrió todo, a través de puentes y todo, aunque esto solo duró unos pocos minutos, y después la calle era otra vez transitable. En términos generales, los puentes de hierro con ruedas que se pueden ver en las calles de las ciudades sicilianas, listos para ser colocados a través de las calles cada vez que los carriles se inunden, son mejores. Juzgando la vista de Puebla nunca habríamos pensado que acababa de ser objeto de un sitio ya que, aparte del resanado en la plaza central, donde las balas de cañón habían impactado en las casas en las orillas de la plaza, no quedaban huellas de él.
doi:10.5565/rev/athenead/v0n12.391 fatcat:edh4n2smmbhx5oluaefuj324iq