Ignacio de Heredia y su biblioteca

Rafael Olaechea Albistur
1984 Revista de Historia Moderna  
211 El conde de Aranda, alejado de Madrid por intrigas del marqués de Esquilache, ministro a la sazón de Hacienda y de Guerra, fue nombrado capitán general de los reinos de Valencia y Murcia, y en marzo de 1764 se presentó en la ciudad del Turia acompañado de su secretario particular don Ignacio de Heredia y Alamán. El 27 de marzo de 1766 llegó a la capital valenciana un correo extraordinario con la noticia de que el día 23, Domingo de Ramos, había estallado en Madrid un terrible motín contra
more » ... marqués de Esquilache. Diez y siete años más tarde, escribiendo Aranda a Heredia, que se hallaba en Londres, le decía con un juego de frases bilingües: «De Madrid me dice mi mujer, con fecha del jueves 27 de marzo, y su acostumbrado claro estilo [...], que el lunes 24 (époque des articles populaires) el Sr. Figueroa pasó al Pardo, y en el cuarto del Sr. Múzquiz tuvo un baidillo [sic]. Que el martes 25 (époque du grand jour des mutins) se restituyó a su casa. Que el miércoles 26 lo pasó con ahogos al pecho, y en el día de la carta por la tarde lo sacramentaron (époque du courier arrivé á Valence, et de la mauvaise nuit que Mr. le Chevalier d'Heredia passa, avec la joie d'une certaine personne lui interrompant son sommeiiy 1 ), burlica burlando hace de eso 17 años. «Graus y Siétamo, al principio de ellos, dieron al reino la paz interna, y a su fin la externa< 2 ), sin que se pueda decir que en ambas ocasiones hayan hecho sino lo que sus chollas les dictaron, ni se hayan mezclado otros factores»(3). Como puede verse, la confianza entre ambos aragoneses era ya grande en Valencia, sin que las distancias protocolarias! 4 ) les quitaran libertad para gastarse bromas y decirse las cosas «a la baturra». Ignoramos la fecha exacta en que se conocieron Aranda y Heredia, pero tampoco hace mucho al caso. Lo que en cambio resulta cierto es que, mientras la Junta Militar, presidida por el conde, celebraba sus sesiones a lo largo del año 1763< 5 >, Aranda vio con frecuencia-y acaso pensó entonces en tomar como secretario suyo-a su paisano Heredia, quien, desde mayo de 1757, trabajaba como «covachuelista» en la Secretaría de Gracia y Justicia, a las órdenes del ministro titular don Alfonso Múñiz, marqués del Campo de Villar.
doi:10.14198/rhm1984.4.08 fatcat:niudsegyqrhmtjlt3k2crwlxtq