Escritores somos todos Federico Navarro, docente e investigador de Conicet
Por Ávila, Mauro Orellana, Claudia Rodríguez, Tatiana Castagno
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La implementación de programas de escritura transversales es clave en la formación universitaria. El catedrático considera que se deben visibilizar los textos producidos por los estudiantes para validar su rol como escritores. Q ue la escritura es cosa de expertos, es un preconcepto de donde deriva la estigmatización, la idea de que los es-tudiantes escriben mal o vienen cada vez peores. Al visitar por tercera vez la Escuela de Ciencias de la Información, Federico Navarro habló con El Cactus de
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... la necesidad de acom-pañar a los jóvenes universitarios en el proceso de elaboración de sus textos académicos. El especialista en lectura y escritura estuvo en la ECI invitado por las cátedras Técnicas de Es-tudio y Comprensión de Textos y la Escuela de Trabajo Social, en el contexto del Programa de Apoyo y Mejoramiento de la Enseñanza de Gra-do de la UNC. Dictó dos talleres y brindó una conferencia acerca de la formación de escri-tores académicos.-¿Cuándo se comienza y se termina de ser un escritor académico?-Esta pregunta es muy importante, porque la respuesta va a determinar quiénes debemos enseñar a leer, escribir y hablar en la escuela, la universidad y los entornos profesionales. Y es también importante porque la escritura (y cuando digo escritura, estoy refiriéndome tam-bién a la lectura y la oralidad) suele ser parte de lo que se denomina currículum oculto. Es decir, algo que no se enseña, pero sin embargo se presupone y se evalúa. Entonces, especificar quién debe enseñarlo implica, además, que hay que enseñarlo; es el primer paso en su visi-bilización y curricularización. Volviendo a la pregunta, se comienza a ser escritor de muy pequeños y nunca se termina del todo. La alfabetización inicial es un proceso gradual que comienza con la escolarización formal, pero se va apuntalando desde antes, con la curiosidad por ese entorno adulto letrado que tienen los niños a los tres, cuatro años, cuando juegan a que leen o dibujan sus primeras letras. En las etapas más complejas de la alfabetización superior, los escritores deben seguir aprendiendo a escribir clases nuevas de textos como una tesis o una cancelación de contrato. En estos casos, deben tener herramientas para poder determinar los rasgos de esos géneros discursivos nuevos y ajustarse a las expectativas de sus directores, colegas y destinatarios, sin dejar de expresar su mirada y su estilo. Como se ve, desde la nena que garabatea a los tres años hasta la economista que escribe un documento técnico, todos Los estudiantes universitarios efectivamente son escritores.
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