DISCURSO DE OFRECIMIENTO

Miguel Por, Rendon
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(En el homenaje que la Universidad rindió al Excelentísimo Señor Guillermo Escobar V élez, con motivo de su designación como Obispo Auxiliar de Santa Fe de Antioquia). Me ha discernido la Universidad Pontificia Bolivariana el al­ to e inmerecido honor d e hacerme su vocero en este acto solemne de filial cariño. Cúmpleme pues conjugar en una, la voz de directivas y ·alumnos de la Universidad. Afortunadamente, aquéllas y éstos han tenido siempre espíritus y sentimientos en constante
more » ... , an­ helosos de grandes conquistas y ajenos a mezquinos propósitos. Y en mayor forma que de ordinario, hoy, cuando devotamente se congre­ ga la familia bolivariana al lado del preceptor insigne, llamado por el Padre de la Cristiandad a la plenitud del sacerdocio. En esta ocasión, nuestras palabras forman un solo clamor, nuestros corazones un único haz y nuestros ánimos se aunan con estrecho y poderoso vínculo. Porque,-Excelentísimo y Reverendísimo Señor-Prelado, patriota y amigo, constituís feliz síntesis humana de lo que es la Uni-versidad. , El afecto cordial que a todos nosotros nos reune ahora, se sien­ te impresionado por bien distintos y aún contrarios impulsos. No po­ dríamos ocultar el dolor que nos causa vuestra separación física de los claustros; el saber que la imponencia de vuestro porte caballeroso y la sencillez de vuestra sacerdotal figura, no alumbrarán ya las fae­ nas cotidianas de las aulas; el silenciarse de la voz, recia en la afir­ mación y amable cuando amonesta o aconseja; la ausencia de la mi­ rada varonil que trasunta valor y difunde virtud; el apagars e de vues­ tro gesto, amplio en el perdón y severo en el cumplimiento del de­ ber. La reflexión en todo esto, y en cuántas cosas más!, desgarra ín­ timas fibras de nuestro sér y nos hace vacilar un momento: es la ida del consejero, del confidente, del maestro; la ida que el Señor ha que­ rido para gloria suya y bien de sus ovejas; la que nos hace sangrar los corazones y, a la vez, nos trae dulces y santísimos consuelos. Cuán gratamente nos conforta, en qué modo tan suave nos s�-205
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