"Vino la noche clara, turbia de plata mala": museos y covid-19

Mikel Asensio Brouard
2021 Quintana revista do Departamento de Historia da Arte  
El pasado junio se celebró la reunión anual de la alianza estadounidense de museos, bajo el lema "radical reimagining, reinspire, rebuild, reengage, reconnect". Estas jornadas anuales, influyentes y multitudinarias, constituyen una oportunidad única para comprobar el momento vectorial del sector (para los seguidores de Big Bang Theory, aclararé que, aunque asumamos como paradigma la cuántica gravitacional, máxime tras el nobel de Roger Penrose, tenemos la impresión de que estas reuniones son
more » ... tonianas, analógicas y con rozamiento). Este año, a pesar del sonido de la música políticamente correcta, se notaron más las lagrimas que las sonrisas, no solo no pudimos ver a las amistades, conocer nuevos colegas y profesionales, ver las novedades técnicas y las demostraciones de productos, los estands de las empresas, las instituciones y las universidades, participar en las discusiones de los comités, y escuchar algunas conferencias de los nuevos bendecidos políticamente más correctos de la profesión. Este año todo se celebró en formato no presencial y pongo este ejemplo, que muchos pueden considerar banal, para reflexionar juntos sobre lo que perdemos al pasar de un formato presencial a uno no presencial. Incluso los que trabajamos en museos, que apenas solemos salir del huerto de lo material, y santificamos el objeto y sus significantes, no llegamos a ser del todo conscientes del cambio de escenario que supone la dimensión digital. Nuestro Comité Internacional de Museos de UNESCO estima que el confinamiento supuso el cierre de más del 90% de los más de 60.000 museos del mundo, manteniendo los servicios mínimos de seguridad, limpieza y conservación. Se suspendieron todas las actividades expositivas, los programas públicos y educativos, eventos y actividades, tanto para visitantes como con los usua-rios. La inmensa mayoría del trabajo técnico pasó a realizarse mediante teletrabajo. Para la mayoría de los museos, incluso del sector público, la falta de ingresos supone un desastre que afectará al desarrollo de actividades sustanciales, incluidas la seguridad y la conservación, de las que ya se han informado algunos episodios desagradables, velados por la necesaria discreción profesional. El trabajo que exponemos es una reflexión sobre nuestra colaboración con varios museos que se citan en el texto. La perspectiva metodológica sería la de una "evaluación participativa", un enfoque más reciente y amplio que el de valoración exclusivamente a partir de las nociones de contabilidad y control (Alkin y Christie 2004; Christie y Alkin 2008; Chouinard 2013). Las apreciaciones están basadas en observaciones concretas, pero, por respeto a la labor desarrollada por museos e instituciones, hemos renunciado a recoger los nombres de los que han desarrollado las acciones que se comentan de manera crítica. Por tanto en ocasiones pueden resultar opiniones gratuitas no fundamentadas. En cualquier caso, avanzamos que es un artículo de opinión y que, por tanto, es totalmente subjetivo. El primer resultado valorable de aquellos días es que la actividad durante el lockdown fue, en conjunto, escasa, en proporción al potencial humano e institucional. Si bien es cierto que se pueden documentar referencias de museos que realizaron acciones significativas, la mayoría de estas propuestas venían más de los departamentos de comunicación, que de los departamentos de investigación, conservación o programas públicos o educativos, y eran más declaraciones motivacionales y de presencia que realmente propuestas alternativas de funcionamiento institucional. Por ejemplo, la consigna general para las exposiciones temporales fue el bloqueo, entendiéndose una prórroga automática de los permisos, gestionán-
doi:10.15304/qui.19.7327 fatcat:3exiknkksnd3zhjkqbyrca5de4