NADAL CAÑELLAS, JUAN, Jerónimo Nadal. Vida e influjo

Miguel Ángel Alcalde Arenzana
2018 Estudios Eclesiásticos. Revista de investigación e información teológica y canónica  
sus citas, la variedad de los asuntos tratados y la galería de personalidades con las que el autor se ha tenido que encarar, repito, merecen que esta tesis sea considerada y estudiada. -ALFREDO VERDOY. NADAL CAÑELLAS, JUAN, Jerónimo Nadal. Vida e influjo (Mensajero-Sal Térrea, Bilbao-Santander 2007), 256p., ISBN: 978-84-271-1731-2. Juan Nadal Cañellas nos presenta en su libro editado por Mensajero y Sal Terrae la primera biografía de un gran hombre del que el año pasado celebramos los 500 años
more » ... el nacimiento. Se trata del jesuita P. Jerónimo Nadal Morey, nacido en el barrio judío de Palma de Mallorca en 1507, un año posterior al nacimiento de otro gran personaje de la Compañía, Francisco Javier, apóstol de Oriente. Nos ofrece en veintidós capítulos los principales rasgos de este extraordinario jesuita mallorquín de los primeros tiempos, poco o mal conocido, pero de gran valía humana, intelectual y espiritual. Después de unas pinceladas familiares, nos ofrece abundantes rasgos de su etapa de estudios en la que destacó en latín, griego y hebreo. Estudió filosofía, teología y matemáticas. En Alcalá fue condiscípulo de Laínez y Salmerón, pero entonces no coincidió con Ignacio de Loyola ya que éste había dejado la universidad complutense en 1526, mientras que Jerónimo llegó en 1529. En la Sorbona de París (1532-1533) estudiaron al mismo tiempo, en un momento en que Ignacio reunía compañeros y no desaprovechó la posibilidad de conquistar también a Jerónimo Nadal, quien, aunque rechazaba los vicios y frecuentaba los sacramentos, no quería entonces pobreza, humildad y virtudes similares, sino que anhelaba cargos eclesiásticos importantes en su ciudad natal; en un momento dado, el cartujo portugués Manuel Miona, confesor de Ignacio, y suyo, fue quien le planteó la cuestión de formar parte del grupo, aunque no lo demostraba con el ejemplo. Más tarde, tras haber asumido la línea de no buscar dignidades eclesiásticas, tendría que aceptar, ya de jesuita, el nombramiento que le hizo el papa Julio III como teólogo para asistir al cardenal Morone, y estuvo a punto de asistir al Concilio de Trento, en sustitución del P. Laínez, que se encontraba impedido; el restablecimiento de éste cambió los planes. Nadie sabe adónde conducen os caminos que se emprenden en la vida y también Nadal tuvo experiencia de esto. La situación política le obligó a abandonar París e instalarse en Aviñón, donde pudo ordenarse de presbítero y recibió el título de doctor en teología. En 1538 regresó a Mallorca; por entonces se aprecia en Jerónimo una postura de no aceptación de los planes de Dios que le llevó a no centrarse ni siquiera en sus predicaciones; incluso somatizó la situación por la que atravesaba, hasta que encontró el sentido de su vida. En julio de 1545 viajó a Roma. El trayecto le llevó tres meses, de modo que llegó a la capital italiana en el mes de octubre. Habló con Jerónimo Doménech y éste le presentó a Ignacio. El interés de muchos se centraba en que hiciera los Ejercicios, pero él no se hallaba dispuesto. Finalmente (1545) se decidió a hacer la experiencia, aunque estaba determinado a no entrar en la Compañía a no ser que el Señor se lo mandase.
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