Sobre el nombre y el quién de los jornaleros andaluces
Félix Talego Vázquez
1997
Trabajo
TRABAJO. Revista Andaluza de Relaciones Laborales -n.2 3 • Abril 1997 jornal, el salario eventual por el trabajo realizado interina u ocasionalmente. Unas veces, o en algunas comarcas, eran llamados jornaleros y en otras braceros, dos términos básicamente sinónimos. Según esta primera acepción, se trataba de un sector social identificado por el resto de la sociedad según su forma específica de acceso al trabajo, es decir por su forma de inserción en las relaciones sociales de producción. Se
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... día así en su condición obrera, pero más específicamente aun, en su condición obrera eventual. Si así les llamaban era para indicar que ocupaban la posición más endeble o precaria de la sociedad rural. El sentido peyorativo nacía justamente por incidir la palabra en la condición insegura y frágil del jornal. El conjunto de estos trabajadores quedaban de esta forma diferenciados por el lenguaje, no sólo del conjunto de los propietarios, sino del resto de los trabajadores atenidos a un salario estable o fijo. Esta claro, por otra parte, que, por lo menos hasta las últimas décadas, el apelativo no era del gusto de aquéllos a quienes se dirigía. Así se desprende de dos libros fundamentales, escritos ambos por testigos de primera mano, el estudio de Díaz del Moral (1984) y la biografía de Rosado (1979), pero lo mismo puede afirmarse cuando se repasa la bibliografía que se ha ocupado de ese período y que ha manejado documentos y testimonios de la época (Abbad, F., Bernal, A.M., 1971; Acosta, J., 1979; Artola, M., Bernal, A. My Contreras; J, 1978; Bernal, A.M., 1974; Brenan, Y. 1962; Martínez Alier, 1968). Los que así eran llamados preferían llamarse a sí mismos como "obreros del campo" o simplemente "obreros" o "trabajadores", eludiendo el estigma negativo de los otros términos y autoidentificándose y queriendo confundirse con el grueso de la clase obrera. De hecho, de la abundante relación de agrupaciones sindicales de las que da cuenta Díaz del Moral en su prolijo y bien documentado estudio, referentes en su mayoría a la provincia de Córdoba, pero también de Cádiz, Málaga o Sevilla, ninguna de ellas recoge en sus rótulos el término jornalero o bracero, muy al contrario de lo que ocurre con el de obrero, que está presente en casi todas. Y así ha debido ser también en el resto de Andalucía; de hecho, en nuestro trabajo de campo por las campiñas de Ecija, Osuna y Estepa, en el Bajo Guadalquivir, en la Sierra onubense, hemos comprobado que los jornaleros de más edad suelen rehusar llamarse a sí mismos como tales y prefieren la expresión, más neutra para ellos, de "obrero del campo". Pero la relación de los nombres con la cosa ha venido a complicarse en la última época de resurgimiento del movimiento jornalero, en los años de la "transición": observamos en este último período que los sindicatos con implantación en el sector, especialmente el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y muchas agrupaciones de CC.00. han usado sistemáticamente la palabra jornalero, lo que constituye toda una novedad que no debe pasarnos desapercibida: parece con ello que los protagonistas han querido usar el término otrora denostado precisamente dotándolo de un contenido político autoafirmador de la identidad específica del colectivo. En estos años, los jornaleros sindicalistas han querido que el grupo se autoidentifique -y sea identificado-no como obreros sin más, sino como trabajadores Universidad de Huelva 2009
doi:10.33776/trabajo.v3i0.230
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