Máximo adefesio Historia de la poesía antioqueña (Vol. I de Historia de la literatura antioqueña)

Jaime Jaramillo Escobar, Humberto Bron
1994 Boleten Cultural y Biblioglilico   unpublished
mucha simpaúa en los medios empresariales. Un joven desocupado y sin perspectivas atrae sobre sí el interés de guerrilleros e instituciones religiosas, que se 10 disputan como presa codiciable, y después de resistir a invitaciones, propuestas, halagos y amenazas, consigue ingresar en la Universidad de Antioquia, en donde adelanta estudios de psicología, obteniendo en varias ocasiones la matrícula de honor. Cuando está en actividad es rápido y empecinado, pero no cree que el reloj sea la única
more » ... dida aplicable al tiempo. En una ocasión en que perdió los originales de su primer cuaderno de poemas, y le dije que lo lamentaba, me replicó: -"Tranquilo, Jaime, que yo escribiré después otros mejores". Sin embargo, el día en que se despidió del taller, declaró: -"Me alegra mucho que hayan reconocido el valor de mis poemas, porque de lo contrario me hubiera founado muy mala idea de ustedes". Que las puertas se abran para este poeta desterrado de todos los reinos, y que los dioses iluminen su senda. Pero Alá es el único sendero iluminado. -Existe una planta llamada "Flor del baile" (Phyllocactus phylanthus), que si uno se sienta frente a el1a en el plenilunio, hacia las diez de la noche, puede ver cómo la flor empieza a abrirse y cuando la luna está en el cenit es una hennosa flor, con quinientos estambres, exquisitamente perfumada para los insectos polinizadores. También este libro puede ser leído en dos horas, y en él se ve el nacimiento de un poeta. El libro que se abre se parece a la flor, y el lector puede pasearse por él y untarse 102 la nariz con el embriagante polen de la poesía. No es posible resumir veinte años de vida en una página, por lo cual esta biografía queda forzosamente incompleta. Si el honorable lector tiene paciencia, dentro de otros veinte años, quizá, podrá ver la segunda biografía de Surlay Farlay, escapado de Las mil y ana noches, y convertido en poeta colombiano por la fuerza del Avatar. Pero Alá es el Eterno. Edición del autor, Medellín, 1994,325 págs. A fines de 1994 se publicó en Medel1ín una Historia de la poesía antioqueña, cuyo propósito. volumen, distribución y presentación publicitaria evitan que pase inadvertida. a más de que su autor cuenta con cierta audiencia en determinado sector local, por motivos religiosos y polfticos. El libro aparece sin fecha ni pie de imprenta, lo primero por razones comerciales. y Jo segundo porque la imprenta que lo hizo no tiene pie ni cabeza. En efecto. el principal reproche que puede hacerse al libro es que constituye un auténtico esperpento tipográfico lanzado al comercio sin el más mínimo respeto por el lector. y en el que no al-. canzan las páginas para anotar la multiplicidad de errores. Sólo en las veinte páginas dedicadas a León de Greiff pudimos señalar trescientas veinte (320) erratas, entre ellas empastelamientos, repeticiones. cambios o falta de títulos, alteración significativa o falta de versos, falta o sustitución de palabras, etc. Aunque el autor tiene publicados ciento diez (110) volúmenes, incurre en tan imperdonable descuido. que prácticamente anula su trabajo, inconsistente en sí mismo. Ante esta clase de obras la posición aconsejada es el silencio, lo que juzgamos errado, porque al situarlas fuera de discusión quedan de hecho aceptadas con sus secuelas.)Aventuramos, por lo tanto, este comentario, con toda consideración por la persona del autor, pero con objetividad frente a su texto, y en favor de una historia mal tratada. sobre la cual hasta el presente no se ha realizado un completo estudio. Si al disparate tipOgráfico se suma la ligereza mostrada por el autor, el resultado no pued~ ser más lamentable. Para las ilustraciones y reproducción de páginas. por ejemplo. se tomaron malas fotocopias de algunos libros y se imprimieron caóticamente, sin rubor. Así mismo el autor incorpora, sin advertencia, extensos apartes y capítulos de otros libros suyos, repitiendo los errores iniciales, como ocurre cuando nos adjudica por segunda vez el conocido poema de Jotamario. correspondiente a su primera obra, No se sacian las sedes. El dislate editorial es inenarrable. Basten algunas muestras: I. Presenta a los autores indistintamente por nombre o apellido (Abel Farina, Uribe Velásquez Manuel) y con tipografía muy diversa en fuente y tamaño. 2. En ocasiones mezcla versos o estrofas de poemas distintos: a) En pág. 49 intercala una estrofa de ¿Por qué no canto? en otro poema de Gutiérrez González. b) En pág. 167 las dos lineas finales después de los tercetos no corresponden al texto que se transcribe, el cual queda inconcluso. 3. La selección de poemas se ofrece con fuentes tipográficas disúniles. 4. Con frecuencia omite, cambia o modifica los títulos de los poemas. Ocurre nueve veces en el capítulo sobre León de Greiff. 5. Cita poemas incompletos, sin advertencia. a) En pág. 61 al poema lAs hojas de mi selva, de Epifanio Mejía, le faltan las dos primeras estrofas, adem~ de que no se atie[)de a la disposición original de los versos, y no por falta de espa-, cio, puesto que la cuarta parte de la página quedó en blanco. b) Al popular Relato de Sergio Stepansky
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