Presley Norton, 1932-1993

Ernesto Salazar
2015 Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia  
La muerte encontró a Alfredo Pareja Diezcanseco cuando ya nadie dudaba de su gran talla académica, cuando el país entero reconocía su múltiple contribución a la cultura nacional. Ante su tumba desfiló no solamente la intelectualidad progresista del Ecuador; también se congregaron varios de los ideólogos de la derecha clerical que hasta hace algunos años lo consideraban un aventurero de la ciencia y hasta "hijo legítimo de Belcebú". Pareja había llegado al trabajo histórico cuando ya era uno de
more » ... uestros mayores novelistas, miembro del "Grupo de Guayaquil" del cual fue el último sobreviviente. Para entonces había escrito una docena de novelas, entre ellas varios de nuestros "clásicos". Cuando, según el contaba, recibió la inesperada propuesta de escribir un Manual de Historia del Ecuador para una editorial extranjera, aceptó la oferta y produjo un libro que en poco tiempo se hizo famoso. El clero y la derecha le cayeron a palos. Hubo un fraile feroz que hasta negó el valor de la obra como pieza literaria. Pero el librito fue imponiéndose como texto alternativo a la versión de la Historia Patria de los canonizadores de Garda Moreno. Desde luego, el trabajo tenía serias limitaciones. La más grande quizá es que el autor había tenido que improvisarse como historiador, aprender dolorosamente el manejo de las fuentes y aceptar que el pasado se reconstruye solamente a base de la presentación de evidencias. Pero el que el novelista Pareja, identificado con las corrientes progresistas del liberalismo de los años treinta haya devenido en historiador, no es coincidencia. La Revolución de 1895 había puesto all iberalismo en el poder pero, al cabo de transacciones y componendas realizadas sobre las cenizas de Don Eloy, las fuerzas del latifundismo lograron conservar un espacio de poder político y cultural, que en el caso de la historia fue casi absoluto. No se dio en el Ecuador una "Escuela Históric;a Liberal". Roberto Andrade, el apestado, Pío jaramillo Alvarado, el gran acusador de los asesinos de Alfaro, apenas lograron sobrevivir cultural y hasta materialmente. No pudieron consolidar una corriente alternativa a la que, comprometida con el proyecto político de la derecha, contaba al mismo tiempo con todos los recursos para hacer Historia: bibliotecas, archivos y tiempo de rentistas para dedicarlo a escribir. Al haber renunciado el liberalismo a su propia interpretación de la Historia, los intelectuales de la izquierda liberal de entonces, tuvieron que asumir la tarea de reinvindicar los elementos progresistas y revolucionarios de la transformación liberal y más particularmente del alfarismo. Y algunos de ellos tuvieron que improvisarse como historiadores, para hacer la Historia Liberal que no había. En este contexto Alfredo Pareja deviene en historiador y produce su texto, transformándose en uno de los más lúcidos intelectuales orgánicos de la burguesía ecuatoriana. En la misma línea de trabajo historiográfico Pareja publicó su biografía de Eloy
doi:10.29078/rp.v1i4.472 fatcat:pra5skx33faplfg6z7lojwtjou