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S e plantea en este artículo la tesis de que la estrategia discursiva de Miguel Antonio Caro de integrar en una misma dinámica constituyente de la civilización a la Lengua y al ordenamiento social (como Autoridad), rinde jugosos frutos conceptuales. Al hacer posible la postulación de una correspondencia sustantiva entre una "gramática de la lengua" y una "gramática de la sociedad" (entendida como civilización), y partiendo de la elaboración de postulados histórico sociales entresacados de las
more » ... encias del lenguaje de la época, por los que se establecen, entre otras cosas, diferencias sustantivas entre lenguas complejamente desarrolladas y lenguas de menor complejidad, se extrapola un modelo de jerarquización de las sociedades humanas y de los hombres que las hablan y desarrollan que naturaliza, retorizándolas, las gradaciones, contraposiciones, junturas y distanciamientos constitutivos de la vida social. Teniendo en cuenta que para Caro el lenguaje es el primero y necesario elemento de sociabilidad, éste se autoconstituye en el mismo juego de vectores que se entrecruzan y combinan, avanzan y retroceden configurando la sociedad-civilización en la que el lenguaje se despliega y encarna, en un compartido camino que integra tradición y progreso, superioridad e inferioridad, hegemonía y subordinación. Del Uso y de las Academias: Autoridad y Lengua Del Uso y de las Academias: Autoridad y Lengua Del Uso y de las Academias: Autoridad y Lengua Del Uso y de las Academias: Autoridad y Lengua Del Uso y de las Academias: Autoridad y Lengua En un artículo publicado en El Repertorio Colombiano, en enero de 1881, Del uso en sus relaciones con el lenguaje, 1 Miguel Antonio Caro establecía relaciones entre los hechos, el uso y las normas en sociedad. Precisaba que el hecho merecía respeto y acatamiento, no por lo que era en sí, sino por lo que representaba; y que si el uso no era más que un hecho, se habría de seguir, por necesidad, que no se le acataría con el entendimiento. Es que los hechos, normalizados en los usos, continuaba afirmando, no deben aceptarse despóticos ni absolutos. Los hechos del uso deben ser sometidos, en cambio, a la razón de la ciencia y de la autoridad. 2 El hecho cuando no tiene, ni admite, ni consiente fundamento alguno, alegado como razón única, es un insulto a la razón verdadera. 3 "Para que el hecho lleve mis obsequios racionales, yo le exijo que en lo sustancial, aunque no en los pormenores, se apoye en una ley preexistente, o con ella se enlace de algún modo,
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