«EL PORVENIR DEL AL TO ARAGON» J OAQUlN Costa sintió desde su adolescencia preocupación por los inte-reses económicos de la provincia que le vió nacer; preocupación en la acepción de cuidado, atención, vigilancia y diligencia. Es éste un aspecto de su actividad mental poco conocido, acaso porque quedó relegado a segundo término ante los graves problemas de la España torturada de sus días, de aquel final del siglo pasado, doloroso e infe-cundo, que Costa juzgó con crítica dura y tajante sin

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... siones. Costa pensó mucho en el porvenir, en los nobles destinos de su alfo Aragón, porque su presente era pobre; no tanto en lo que atañía a las instituciones familiares (orden jurídicosocial), ya en crisis entonces, sino en lo que afectaba a la agricultura rudimentaria, a la industria casi nula y al comercio escaso del país. Uno de los elementos del porvenir de esta tierra es el fomento de los intereses agrícolas. La industria podría establecerse en condiciones favorables para la competencia, merced a la abundancia de ciertas materias primeras y a la baratura de los motores. Los ríos Cinca, Esera, Guatizalema, Gállego, Aragón, Alcanadre, Flumen, etc., corren hasta el Ebro con pendiente crecida, «(que en su día proporcionará fuerzas hidráulicas en abundancia». El canal de Talllarite (hoy llamado de Aragón y Cataluña) y otros en proyecto pondrían en manos de la industria una suma de fuerza hidráulica «tal vez triple de la que el vapor suministra a todas las fábricas de Barcelona, distribuída en gran número de saltos por el ámbito de la zona regada». Esos canales harían posible el cultivo racional del cáñamo, el aumento de prados y, por consiguiente, de lanas. Con motores baratos se multiplicarán las fábricas de harinas, de modo que no se exporte ni un solo grano de trigo sin haber sido pulverizado en el país. También podrá desarrolla"rse¡ y no poco, la fabricación de tejidos de lana, hasta tanto que se haya reducido su exportación y su importaci6n elaboradil.