Brote de poliomielitis en Haití y la República Dominicana debido a un virus derivado de la vacuna antipoliomielítica oral
Mauricio Landaverde, Linda Venczel, Ciro A. de Quadros
2001
Revista Panamericana de Salud Pública
En octubre de 2000, los Ministerios de Salud de la República Dominicana y Haití notificaron dos casos de parálisis flácida aguda (PFA). Estos casos fueron detectados mediante los sistemas de vigilancia nacionales de la parálisis flácida, que exigen la notificación de todo caso de PFA que dé lugar a la sospecha de poliomielitis. Es de rigor obtener muestras fecales de estos casos y mandarlas a un laboratorio de la red regional de laboratorios para la detección de la poliomielitis, con objeto de
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... eterminar si la parálisis se debe al poliovirus salvaje. El caso notificado por la República Dominicana fue el de una niña de 9 meses procedente de un pueblo rural en la provincia de Monseñor Nouel; el de Haití ocurrió en una niña de 2 años de un poblado del departamento noroccidental. Los síntomas se presentaron el 18 de julio y el 30 de agosto de 2000, respectivamente. En el Hemisferio Occidental no ha circulado el poliovirus salvaje desde 1991, cuando se detectó el último caso en Perú. El último caso de poliomielitis en la República Dominicana se notificó en 1985, y el último en Haití, en 1989. Las muestras fecales de estos casos fueron enviadas al Laboratorio de la OPS para la Detección del Poliovirus en el Centro de Epidemiología del Caribe (CAREC), donde se aisló el poliovirus tipo 1 de ambas muestras. Posteriormente los aislados se enviaron al Laboratorio de Poliovirus de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en Atlanta, Georgia, Estados Unidos de América, para su identificación. El análisis secuencial reveló que el virus asociado con este brote era atípico porque derivaba de la vacuna antipoliomielítica oral (VAO) pero mostraba una divergencia genética de 3% con respecto a la cepa progenitora usada en la VAO -esto llama la atención porque normalmente los aislados provenientes de vacunas muestran una coincidencia génica de 99,5% con la cepa progenitora-, habiendo recuperado la neurovirulencia y transmisibilidad del poliovirus salvaje tipo 1. Los poliovirus salvajes, en cambio, suelen mostrar una coincidencia génica de <82,0% con el virus de la VAO (1). Las diferencias en la secuencias nucleotídicas de las diferentes cepas responsables del brote indican que el virus había circulado en una zona de escasa cobertura con la vacuna alrededor de dos años, durante los cuales acumuló cambios génicos que le permitieron recuperar las características esenciales del poliovirus salvaje (2).
doi:10.1590/s1020-49892001000400017
pmid:11418973
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