Después de la II Guerra Mundial la vida ecuménica ha adquirido un ritmo casi frenético, haciendo difícil el proceso de asimilación de este nuevo espíritu y de este nuevo mundo ecuménico. Han sido varios los acontecimientos desde 1948, con la fundación del Consejo mundial de Iglesias en Amsterdam, que ponen de manifiesto el esfuerzo de teólogos e incluso de la Iglesia para seguir el ritmo ecuménico de estos años. Es por ello por lo que en el presente artículo se reseña la aportación del trabajo

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... e «Fe y Constitución», durante los últimos treinta años, en cuatro grandes aspectos de la vida y la teología ecuménica: 1. El tema de la unidad visible de la Iglesia, hasta la formulación de la declaración «La unidad de la Iglesia como Koinonia: Don y Vocación»; 2. En la doctrina de los sacramentos y del ministerio, concretado en el documento «Bautismo, Eucaristía, Ministerio»; 3. En constatar y aceptar la interrelación de los esfuerzos por la unidad de la Iglesia y la renovación de comunidad humana, hasta su formulación en el documento «Church and World»; 4. En el largo proceso de estudio de la común confesión de la fe apostólica, llegando a la presentación del contenido de la fe en el documento de estudio «Confessing the One Faith».