Gertrudis Gómez de Avellaneda y el amor romántico en Sab

Marina Martínez Andrade
1995 Iztapalapa Revista de Ciencias Sociales y Humanidades  
I con un espíritu independiente, además de varios eoisodios amorosos con algunos políticos y escritores de su tiempo, que sugieren un cierto parecido a la de os estudios Rahddos acerca de la escritora cubana Gerirudis Gómez de Avellaneda L (Camagüey,l814 -Madrid, George Sand: 1873) giran enromo a su biografía o presentan, mezclado con la crítica de las obra, un gran porcentaje de datos biográficos, "mayor que el que pueda hallarse en el caso de cualquier otro escritor de habla hispánic,i";' y
more » ... que resulta difícil sustraerse a la magnética personalidad de esta mujer que combinó su actividad escritura1 Mujer ambiCiOSA y ekrpica, Avellaneda fumaba tabaco, llevaba vestidos que desnudahan según la moda sus generosos pechos, iuvo numerosos mahin~onios y amoríos y una hija ilegítima. Estuvo inevitablemente envuelta en los avatares de la poiítica literaria, las controversias y los escándalos. El -IZTAPALAPA 37 JULIO-DICIEMBRE DE 1995. pp. 97-110 Profesora investigadora del Área de Literatura Hispamamencairn de la Unidad iaapaiapa de 18 Universidad Autóiiorna Mei~opolitana. ~ Y8 Murinu Murtina Andrade i~y i r , \in duda, su Uiiulidatura y postenor rechazu por pdrte de I;< Real Academia Española e11 1853 Algunos críticos del siglo XIX coinciden en considerarla como dotada de un espíritu masculino, ciñéndose a la estrategia machista de someter a la mujer independiente y de talento mediante su inclusión en la categoría general de homhre. "Es mucho hombre esta mujer" comenta Bretón de los Herreros al oír de lahios de Munin AZj?ifonso la iuriosa invocaci»n con que termina el tercer acto de la tragedia del mismo nombre escrita por la Avellaneda en 1843 y estrenada en 1844.3 Aramburo y Machado para referirse a la Avellaneda emplea el género masculino: "Fue [sic1 uno de los escritores que más realzaron el lustre y la majestuosa pureza del habla castellana. Fu6 [sicj uno de los más ilustres poetas de su nación y de su Pero io más extraordinario es que la escritora cubana, por efecto de la ideología de la época, considere en sí misma ciertas características varoniles. Así, escribe en su Dicirio, refiriéndose a Rosa, su prima preferida y compañera de adolescencia: "Como yo, reunía la debilidad de mujer y la frivolidad de niña con la elevación y profundidad de sentimientos, que sólo son propios de los caracteres fuertes y ~a r o n i l w . "~ Tula lllamada así familiarmente] desde temprana e&d, muestra perseverancia en el estudio, entusiasmo por la poesla y el teatro, y gusto por escribir: actividades censuradas por la mujeres de su familia que trataban de reducirla a su papel doméstico: I..as parieutas de mi padrastro decían, por tanto, que yo IKI era hueiin pard nada, porque no sabía planchar, IU cociimr. ni calcetar; porque nu lavaba los cristales. ni hacía las camas, ni barria ni¡ cuarto. I...] Ridiculizaban también mi aficiún al estudio y me Ilamahaii 1; 1 Doctora.6 Sin embargo, la oposición a su actividad intelectual sólo logra acrecentar su libertad y amor por el arte. El demonio de la escritura estaba presente en ella, el oficio de escribir constituía el centro y pasión de su vida: Era UM rnezcia de poses y de artífice -inspiradii y estudiosa, irracional y iúgicaque dormía cuaiido la "gente normal" trabajaha y trabajabd eii las horas que los demás dedicaban al sueño, siempre e i i t~ sus libros y papeles, siempre imaginando ~SIXMS o comporiiendo versos o puliendo cuarti1ias.7 La Avellaneda escribi0 una vasta obra dentro de géneros literarios disímiles: novela, poesía, teatro, leyenda, autobiografía e inclusive un devocionario, plegarias y cánticos religiosos. El presente estudio se circunscrihe a su novela Sub, y en &I se privilegia la IWtura del texto como novela sentimental por la concentración de la intriga alrededor de los sentimientos del personaje principal, el predominio de la caracTerizaci6n psimlógico-sentimental, la visi6n idealizada del esclavo y la esclavitud, y la presencia del amor romántico como tema centra!." La AVellanedd concibe el amor de un esclavo por G. Gómez de Avellaneda Y el amor romántico en Sab 99 una mujer blanca, amor imposible en una sociedad de carácter esclavista; el desafío de la escritora caniagüeyana va más allá al presentar a una mujer blanca que ofrece su amor al esclavo. La escritora exalta, así. el sentimiento amoroso y la rebeldía pasional frente a los prejuicios sociales. Las mezclas clandestinas de sangre en la Cuba colonial eran un hecho común y aceptado socialinente de maiierá subrepticia, pero decirlo explícitaiiiente en un texto constituía una ruptura win las convenciones culturales e inclusive sociales, políticas y econ6micas de la época. Las circunstancias que rodean la génesis y puesta en circulacih de la primera novela escrita por Ave-I1;iiieda son muy singulares. Sub se publica iiiicialiiiente en Madrid, en 1841, pero según ella aclara en1 ¡ ; I S "»os palabras al lector" que anteceden a la. 1iIir:i: "Tres años ha dormido esta novela en el fondci (IC su papelera ..." (p. 17). lo que significa que tiiializ0 su escritura en 1839, habiéndola iniciado prohahleriirnte en 1836, año en que partiíi de Cuba hacia Eiliiipa. híitiilras en Cuba los miembros del "círcuio del.-iiiiii~tiiiii..,lo con quienes Gertrudis nunca entró en I ~~1:1ciii11. discutían en sus tertulias la pcisihilidad dt: ctciti uiix novela ill estilo de Bug Jut@ de Víctor cia y reheliim e iiiclusive llegaban a polemizar sohrc: "si la caracterización del negro esclavo como un ser excepcional que llama a la virtud, era acertada, o si por el contrario, debía prevalecer la imagen del negro envilecido por la esclavitud y no por el coicir.';" la Avellaneila ii distancia, coincide coin al:uniis de sus ~~1iiiite.inii~~iiriis sociales y esteticos a l Y Hugo. pelo elimiILdIld0 del text0 todo tipo de violen-escribir Sub, precisamente la obra que estos sefiores esperaban. Aveiianeda en España frecuentaba a los grandes románticos españoles: Quintana, Gallego, Espronceda, Zorrilla, Hartzenbusch, el Duque de Frías, etc. La joven autora había arribado a los centros de la vida cultural y literaria española desde una perspectiva doblemente marginal: como mujer y como indiana; no obstante logra insertarse en ese medio no sólo por su beiieza física, sino por su gracia y talento; sin embargo siempre se le reconoció como extranjera, de ahí el mote de La Peregrina. Mas La Peregrina no se interna en un territorio totalmente virgen, sino que confronta los paradigmas desarrollados por el Romanticismo español y francés con una tradición de escritura no hispánica que se alimenta asimismo de la ideología liberal y los valores románticos. Sus orígenes coloniales ayudan a explicar su disposición y habilidad para modificar y en algunos aspectos desafiar s o b r e todo uin sus novelas de juventud-los modelos dominantes'en el Romanticismo español, en la década de los treinta. Díaz-Echerri considera este hecho como una anomaiía en la España de 1841. Sin embargo la novela a bien recibida por el público; por ejemplo, Nicomedes Pastor Díaz, uno de sus primeros críticos opina: "No es Sub una novela española, ni menos inglesa o francesa. Sub es una novela americana como su autora.", además de concederle méritos por "la acertada descripción de un carácter y de una p a~i ó n . " '~ Mientras tanto, a Cuha sólo llegan las noticias y la fama de la escritora, mas no as1 el texto, pues 12 . 1844l a primera remesa a la isla de Sub y Do.\ nzuje/'e.s es incautada en la Real Aduana de Santiago de Cubas "por contener la primera [Sub] doctrinas subversivas del sistema de esclavitud de esta Isla y contradecir a la moral y buenas costumhies. y la segunda [Do.s mujeres1 por a t a r plagada de doctrinas inmorales". LA primera edición de la novela al alcance de los cubanos se publica por entregas en 1883, en la revista iiabanera El Museo, 42 años despues de la edicitin príncipe, cuando ya Tula parecía haherse arrepentido de su autiiría, porque excluye tanto a Sub como a'Dos mujeres y Guutimotzín de la edicihn de sus 0hra.s Completa en 1869.15 14 1 . 0 s críticos han estimado a Sub fundamentalmente como una novela antiesclavista. Aramburo. en el siglo XIX, afirma que la novela es "entusiastamente abolicionista" porque en ella se pintan "los horrores vitud, los indecibles sufrimientos del siervo infeliz que en los cañaverales de Cuba amasaba con las trizas de su pellejo la espl6nndida riqueza de S U ümlJ". " quizá s a exagerada porque en la obra en ningún momento se representan en forma dilectd las penas y trabajos de los esclavos, siempre se describen a travks de l a voz del personaje principal -un mulato en vías de IiheraciOii. mayoral de la plaiiuición y emparentado con los amos--11 en vox, de la narradora omnisciente y, u través de ambas G. Gómez de Avellaneda y el amor romántico en Sab 101 voces, la de la autora implícita, miembro de una tainiiia criolla perteneciente a la sacarocracia. Otros autores la consideran inclusive como la primera novela antiesclavista. Entre los que se puedr citar a Max Henríquez Ureña, que al respecto dice: "Sub se anticipó en diez años a otra novela que alcanzó gran resonancia y tiene por asunto la esclavitud: La cubañu del tío Tom, publicada en 1851-1852 por la escritora norteamericana Harriet Beecher Stowe". El carácter de texto fundacional del género abolicionista lo dkputa Sub con otras obras de la literatura cubana, en especial con las siguientes: Petrona y R o w líu, " compuesta por Félix Tanco y Bosmeniel en 1838; FruncI,~co, de Anselmo Suárez y Romero, escrita también en 1838; y la primera versión de Ceciliu Vuldh, de Cirilo Villaverde publicada en 1839, cuyo texto completo y definitivo se edita en 1882. Dilucidar cuál de los textos antes mencionados es el primero de carácter abolicionista no es tarea del presente estudio, lo cierto es que las situaciones, límite de la esclavitud en el ámbito geográfico del Caribe generan, entre 1838 y 1841, un metagénero narrativo de testimonio antitratista, que tiene comci antecedentes literarios las novelas Bug Jargnl (1 826) de Victor Hugo, y El escluvo o Memorias dt! A r i h~ Moore (1836) de Richard Hildreth; y como telOn de fondo una corriente de inmigración tempra.. na con fines esclavistas, una siniación económica di: enclave, independencia política tardía y una estructura estamental con ínfima movilidad. Lo interesante para los fines del presente estudio es observar que junto a los problemas de la esclavitud, mostrados asimétricamente en los cuatro textos 17 de la literatura cubana antes citados -incluido el de Avellaneda-, existe siempre un conflicto de carácter amoroso entre hombres y mujeres de razas diferentes. Tanco, Suárez y Villaverde sitúan el conflicto amoroso entre un hombre blanco y una mujer negra o mulata, relación que la Avellaneda invierte al presentar el amor de un esclavo mulato por una mujer blanca, y de UM mujer de la raza blanca que ofrece al esclavo compartir su destino, lo que intensifica la rebeldía de la escritora camagüeyana ante la doxa social y literaria imperante. IV Si atendemos al principio de Genette según el cual todo relato puede considerarse como la expansión de un verbo que expresa esencialmente lo que pasa en una historia, el de la primera novela de la Avellaneda sería: sub m u a ariot tu.'^ Pero este amor es imposible por diversas razones: primera, Carlota ama a otro; segunda, Sah es mulato y ella es blanca, y la historia se inscribe en una sociedad racista; tercera, Sab es un esclavo y Carlota es hija del amo; cuarta, aun en el remoto caso de que ella correspondiera a sn amor, la relación sería difícil porque Sah es primohermano de Carlota, ya que es hijo ilegítimo de don Luis, hermano menor del padre de Carlota, y de una negra de origen aristocrático en su país africano y esclava en Puerto Príncipe. La irregularidad de la situación se acepta entre los miemhros de la familia como un valor entendido, al respecto dice I02
doaj:233ad92dc73e48d1a5056a7e4977fdc6 fatcat:v5jno7va3ndqve4vmbnblsveyy