Paisaje, identidad, territorio, número 14 de Alfil
Georges Roque
1996
Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas
siry Museurn of Art, 1994, xx y 381 P , ils por ALFONSO AREllANO HERNÁNDEZ En los últimos veinte años, la edición de libros que versan sobre asuntos referidos a la cultura maya ha visto una época de auge. En gran parte se trata de obras firmadas por investigadores estadounidenses, quienes se dedican a la arqueología, la arqueoastronomía, la epigrafía, la historia y la iconografla. En especial desde la década de 1970, el estudio de la cerámica pintada que se conserva en colecciones particulares
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... sea en museos o entre individuos) ha recibido una atención singular.. Tal es el caso de la obra Painting the Maya Univer:se, de DoIÍe Reents-Budet, que es el catálogo de una exposición itinerante realizada en varios museos de Estados Unidos -entre enero de 1994 y abril de 1995con apoyo del Duke University Museum ofAn El texto está dividido como sigue: dos prólogos (firmados por Michael P Mezzatesta y Linda Schele), agradecimientos, prefacio, siete capítulos, el catálogo propiamente dicho, un apéndice, referencias bibliográfi-cas, índices, instituciones que colaboraron en la exposición y breves wrrúula de los colaboradores del texto. En principio, entre los aspectos generales, se cuenta la agilidad en la lectura del libro . . Está escrito en un inglés fluido, pese a que usa términos muy especializados, y la exposición de las ideas resulta clara y directa. Sin embargo, en ello también radica cierta monotonía, puesto que Reents-Budet repite numerosas veces sus propuestas básicas, a saber: la agrupación de las vasijas por estilos, los fines utilitarios de las mismas, los temas representados y la presencia de textos glíficos . . Las ilustraciones -fotografías a color de las piezas, dibujos a línea, mapas-son excelentes y bien cuidadas Todas llevan textos explicativos que refuerzan al principal e incluyen las claves asignadas por otros autores (Michael Coe y Justin Kerr) o proyectos especiales de investigación (Maya Polychrome Ceramics Ploject, de la Smithsonian Institution) . . Por otro lado, llama la atención que los objetivos de Dorie Reents-Budet se encuentlen dispersos en el texto Uno de ellos aparece en las primeras líneas del prefacio: "This book looks with renewed eyes at Pre-Columbian Maya elite painted potte¡y, presenting cunent ideas" proposing different intelpretations of old data and hopefully spawning more questions about this great painting tradition and the culture that created it" (p. XIX) Otros se localizan al final del capítulo 1: "The goal of this book is to help to create a new category that will admit Classic Maya pictorial pottery into the aesthetic arena as one of the world's great paint-LIBROS ing traditions" (p 31) "Ihis book focuses on the Classic Period painted vessels that were created specifically to function within the uppermost levels of Maya society" (p. 32.) "The purpose of this book is first to identify the myriad painting sryles and provide a spatial ordering of these sryles and, when possible, to apply temporal informarían" (p . . 33, nota 4) De acuerdo con las citas anteriores, podría deducirse que los abundantes trabajos realizados desde 1973 no asignan a la cerámica maya de las élites un lugar entre las más altas manifestaciones plásticas del mundo, y que tampoco se han tratado de identificar ni ordenar los estilos decorativos de las vasijas . . Creo que tales planteamientos resultan débiles, en particular cuando se conocen las obras pioneras de Michael Coe, Lord! ofthe Underworld (1973), y de Marta Foncerrada y Sonia Lombardo, Vasijas pintadas mayas en contexto arqueológico (catdlogo) (1979). En el mismo sentido, cabe señalar una serie de conceptos que pierden fuerza al no haberse incluido entre las consideraciones generales de Reents-Budet (di pp . . 234-237 Y 269) Me refielO a la división artificial, por parte de la autora, y de cualquier prehispanista, de los temas iconográficos de la cerámica; en el caso presente, en "naturales", "históricos" y "religiosos". La justificación queda establecida al comenzar el capítulo 6, con base en las necesidades metodológicas propias de la exposición de los planteamientos, pero semejantes nociones y sus argumentos podrían dar mejores apoyos alliblO si se hubieran colocado en el prefacio, puesto que el capítulo 1 los da por sentados Asimismo, dos hechos resultan llamativos. El primelO es que la autora expresa que su estudio se basa en un "acercamiento an-tropológico" y considera al arte -y a la cerámica policroma-como un "comportamiento cultural" (p, 32,)" No obstante ambas consideraciones (a menos que se trate de antropología cultural), elliblO resulta más un análisis estético con datos de índole química (composición de barros y pigmentos) y comparativa con el Popol Vuh, El segundo es el corpus mismo de vasijas estudiadas" En palabras de Reents-Budet, Only those non-provenienced objects that carne into the U.s. prior to the U.s. ratification in r983 of the UNESCO agreement on cultural property are included in the exhibition because we will not gloJify thlough publication 01 public display the CUlIent unethical and immoral looting by which objects continue ro enter the international al! market [p XIX] Así, el libro incluye cerámica robada -sin contexto arqueológico-y comprada en los Estados Unidos hasta 1983, yexcluye la posterior a este año., Más adelante (p, XIX), la autora argumenta que ignorar esas vasijas y no difundirlas al público no evitará el saqueo arqueológico, al igual que define el importante papel individual de las vasijas para la comprensión de la cultura maya (p . . 32) En cuanto a las aseveraciones de Reents-Budet, en mi opinión muchas requieren mejores apoyos (capítulos 1 a 6) Es decir, se describen abundantes imágenes en forma eIIónea, pues no siempre corresponden a las ilustraciones referidas en el texto; se establecen paralelos entre la civilización maya y otras (en particular la mexica, llamada "azteca" en el libro), pero en su mayoría de manera no muy feliz, ya que se evidencia un relativo desconocimiento de las culturas que RESEÑAS 137 sirven como punto de comparación (capítulo 2), y se aventuran hipótesis no del todo basadas en los avances de los estudios mayas, asunto más notorio cuando la autora establece paralelos entre el Popol Vuh y la iconografía de las vasijas (de hecho, e1lecror puede quedarse con la impresión de que el Popol Vuh es la panacea o la condición sine qua non para los estudios mayas y que no existen otros textos valiosos par a desarrollarlos, como la Relación de Landa, los Chilames o las obras de Cogolludo, Ximénez o Remesal) Hay dos últimas observaciones generales con respecto a las notas y las numerosas ilustraciones. Las primeras se localizan al final de cada capítulo; algunas son muy breves pero en su mayoría son largas, de suerte que podrían formar un folleto independiente -a partir de su contenido-con un buen número de páginas. Acerca de las segundas, si bien todas y cada una están referidas en el texto, el lector debe brincar de una página a otra, a los varios capítulos o al corpus mismo para formarse una idea de las descripciones y las hipótesis expuestas . . El resultado es una relativa pérdida de atención para con los argumentos de Reents-Budet o para con las ilustraciones mismas: es necesario releer los párrafos. Por lo que toca a datos específicos, Painting the Maya Univme incorpora una gran cantidad de informes actualizados pero muy polémicos, sobre todo aquellos referidos a la lectura de glifos, que es incorrecta en algunos casos Basten tres ejemplos:
doi:10.22201/iie.18703062e.1996.68.1768
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