Turgot sobre América: entre el escepticismo y la esperanza Paloma de la Nuez
Universidad Rey, Juan Carlos
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Anne Robert Jacques Turgot dejó de ser Controlador General de Finanzas del Reino de Francia el 12 de mayo de 1776 por deseo expreso de Luis XVI, aunque apenas había estado dos años en el Gobierno. Sin embargo, en ese corto período de tiempo había intentado llevar a cabo una serie de reformas que consideraba absolutamente indispensables para salvar al país y a la Corona. Así se lo hizo saber al Rey cuando éste lo eligió para formar parte de su Gobierno en el verano de 1774, y durante un tiempo
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... ntó con su apoyo incondicional, incluso en momentos tan difíciles como los de la "guerra de las harinas" 1. Pero "la liga por los abusos"-como la denominaría el propio Turgot-fue mucho más fuerte que él, y acabó convenciendo al joven Rey de que debía despedir a su Ministro de Finanzas. Todos los poderosos, muchos de los que gozaban de los numerosos y variados privilegios en que se apoyaba el Antiguo Régimen, se aliaron contra él: la Corte (de cuyas intrigas y manejos poco sabía y poco comprendía como le asegura en esta carta al Dr. Price), el clero (que lo consideraba uno más de la peligrosa secta de los filósofos y desconfiaba de sus ideas sobre la educación pública y la tolerancia religiosa), los grandes financieros y los gremios amenazados por sus Edictos de reforma económico-fiscal y, sobre todo, los Parlamentos (fundamentalmente el poderoso Parlamento de París) en los que se atrincheraba la nobleza de toga que temía las consecuencias de los cambios que el Controlador General quería introducir en los impuestos. Todos ellos, olvidando incluso las diferencias irreconciliables que los habían enfrentado en el pasado, se aliaron ahora contra él utilizando todos los medios que tenían a su alcance, incluyendo las intrigas, la mentira y la difamación. Luis XVI, inexperto e inseguro, y presionado por la Reina, abandonó a su Ministro a quien ni siquiera fue capaz de dar una explicación personalmente o por escrito (algo que a Turgot le dolió profundamente). Es muy probable, como escribieron algunos de sus contemporáneos, que nuestro economista cometiera también algunos errores; se mostraba orgulloso y distante, convencido de tener siempre razón y desdeñoso con los que criticaban sus proyectos. No hizo ningún intento por ganarse a sus compañeros de Gobierno, sobre todo a Maurepas, a quien en última instancia debía su nombramiento. Parece 1 La llamada "guerra de las harinas" consistió en una serie de tumultos que se produjeron sobre todo en París para protestar por el aumento del precio del trigo tras la liberalización (con matices) del comercio de grano restablecida por Turgot al acceder al Ministerio en 1774.
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