Controversias en la terapia nutricional de la pancreatitis aguda grave
Abel Arroyo-Sánchez
2020
Revista Chilena de Nutricíon
Este trabajo fue recibido el 17 de marzo de 2019. Aceptado con modificaciones: 23 de septiembre de 2019. Aceptado para ser publicado: 10 de octubre de 2019. RESUMEN La clasificación de la severidad de la pancreatitis aguda ha cambiado con la actualización de Atlanta del 2012. Las recomendaciones de terapia nutricional en los casos de pancreatitis aguda grave no están sustentadas en estudios con alto nivel de evidencia, en los estudios se incluyen pacientes con los diferentes grados de
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... se usa la clasificación de Atlanta 2002 para definir la pancreatitis aguda grave y, en la mayoría de los estudios experimentales, los controles son pacientes con nutrición parenteral. Se realiza una revisión narrativa de la evidencia actual publicada, analizando las características clínico epidemiológica de los pacientes y los resultados obtenidos. Así, se proponen características que deben ser consideradas en estudios futuros sobre el tema. ABSTRACT The classification of the severity of acute pancreatitis has changed with respect to the Atlanta update of 2012. The recommendations for nutritional therapy in cases of severe acute pancreatitis are not supported by high-level studies, as studies contain a mix of patients with different degrees of severity. The Atlanta 2002 classification is used to define severe acute pancreatitis and, in most of experimental studies, controls are patients with parenteral nutrition. A narrative review of the current published evidence is carried out analyzing the clinical and epidemiological characteristics of the patients in these results and characteristics to be included in future studies are proposed. INTRODUCCIÓN La pancreatitis aguda (PA) es un proceso inflamatorio agudo del páncreas, cuyo diagnóstico clínico se hace por la presencia de 2 o más de los siguientes criterios: (1) Dolor abdominal característico; (2) Lipasa (o amilasa) sérica >3 veces el valor normal máximo; y (3) Hallazgos característicos en los estudios de imágenes (ultrasonografía, tomografía computarizada contrastada o resonancia magnética). Su incidencia en los Estados Unidos de América ha aumentado en los últimos años, lo que ha generado mayores gastos en los servicios de salud. La principal etiología sigue siendo de origen biliar (cálculos, microlitiasis, otros) 1,2,3,4 . De acuerdo con la clasificación de Atlanta del 2012, la PA puede ser leve, moderada o grave 1,5 . Es importante mencionar que en el lapso de las primeras 48 horas de iniciados los síntomas de la PA, el paciente puede presentar fallo orgánico (FO) (hemodinámico, respiratorio o renal) con o sin signos de alarma (características clínicas que aumentan el riesgo de gravedad); los pacientes con fallo orgánico y signos de alarma presentan la denominada PA Potencialmente Grave (PAPG) 2,6 (Tabla 1).
doi:10.4067/s0717-75182020000200292
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