en 1972, el controvertido artista Joseph Beuys expli-có, ante el Círculo artístico Kolkwang de essen, las cualidades que un material tan inusual como el sebo tenía para la plástica. Según él, se podía trabajar con calor hasta derretirlo totalmente, volverlo a enfriar para producir una forma o moldearlo hasta conver-tirlo en "(...)la Victoria de Samotracia" N2. El frío o el calor eran los componentes determinantes. La tempe-ratura: la responsable de la inestabilidad de la mate-ria con la que

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... ajaba y de su forma final. la grasa podía ser líquida para instantes después convertirse en sólida, y viceversa. Beuys, desplazó a la materia de su uso rutinario para darle una apariencia, aunque fuese momentánea, contraria a la habitual. Lo que siempre había sido empleado como condimento de cocina o lubricante adquiría la categoría de plástica. Si Duchamp redefinió los principios del arte al incluir en sus obras objetos de la cotidianidad, Beuys volvía a replantearlos al utilizar materiales que le eran ajenos. No por su naturaleza poco usual, o porque su empleo fuese accidental, sino por su condición de inconsisten-cia y transformación. Casi una década después, en 1981, el milanés aldo rossi escribió su conocida autobiografía científica; un compendio que resume sus años como arquitecto. A lo largo del centenar de páginas que glosan el texto, N1 Este texto ha sido posible gracias a la gentileza del estudio de Herzog y De Meuron-en especial de su coordinador en Madrid, Nuno Ravara-que amablemente han cedido los paneles que presentaron a con-curso para su estudio.