Violencia y dolor, voz narrativa y lenguaje: Sin aliento de Ricardo Chávez Castañeda
Ramón Alvarado Ruiz
2016
Catedral Tomada: Revista de Crítica Literaria Latinoamericana
Violencia y dolor, voz narrativa y lenguaje: Sin aliento de Ricardo Chávez Castañeda. Resumen La violencia y el dolor derivados de diversos acontecimientos sociales es una de las temáticas en la narrativa mexicana del siglo XXI. No es una novedad, si echamos una mirada al siglo pasado son muchos los acontecimientos violentos que han motivado a la literatura. Lo que sí creemos que puede haber de innovación es el tratamiento y la manera de presentar dicho tópico. Es por eso, que en este artículo
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... nalizaremos la voz narrativa así como el manejo del lenguaje en la novela Sin aliento de Ricardo Chávez Castañeda, para ver cómo es posible representar hoy día acontecimientos dolorosos sin perder la estética literaria. Palabras claves Violencia, dolor, voz narrativa, lenguaje, narrativa mexicana. Abstract The violence and the sorrow derived from diverse social events is one of the subject matters in the Mexican narrative of the XXIst century. It is not a coincidence or it isn't new, if we take a look into the last century there are great the violent events that they have motivated the literature movement. What if we believe that there can be an innovation it is the treatment and the way of presenting the above mentioned topic. In this paper, we will analyze the narrative voice as well as the command of the language in the novel Sin aliento of Ricardo Chávez Castañeda, to see how it is possible to represent today painful events without losing the literary esthetics. Violencia y literatura. La realidad que se vive parece ser que no deja respiro alguno. La época mediática ha intensificado la iconografía de la violencia dado que prácticamente hoy no se escapa nada y mediante la imagen explícita se refuerza la maldad del ser humano y sus consecuencias. Una mirada de soslayo al pasado siglo XX muestra que tan terribles han sido ciertos sucesos y como han marcado el devenir de la humanidad. Los escritores, hombres de su tiempo, no pueden eludir los hechos y de ello han elaborado obras célebres como Adiós a las armas de Ernest Hemingway, o la ambientada en la guerra civil española Por quién doblan las campanas. Dejando las generalidades, en el ámbito mexicano han sido varios los eventos de esta naturaleza que han significados motivos literarios, tal como señala Ochoa (2014): Muchas obras canónicas fueron inspiradas por episodios sociales violentos: la revolución mexicana, la guerra cristera, la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968, la persecución de movimientos democráticos y sociales emergentes, la guerrilla de los años 70, en fecha reciente la guerra contra el crimen organizado. Así pues, la narrativa se ha encargado de plasmar las vivencias a través de sus personajes más que datar el hecho histórico. Por ejemplo, están los relatos de Cartucho, de Nellie Campobello (2005), mismos que son los recuerdos de la revolución en voz de una niña: Yo tenía los ojos abiertos, mi espíritu volaba para encontrar imágenes de muertos, de fusilados; me gustaba oír aquellas narraciones de tragedia, me parecía verlo y oírlo todo. Necesitaba tener en mi alma de niña 52 aquellos cuadros de terror, lo único que sentía era que hacían que los ojos de mamá, al contarlo, llorarán. (91) La cita resulta perturbadora; se trata de una niña para quien la tragedia se ha tornado una cotidianidad así como una necesidad. La revolución tiene nombre, historias, dramas, no es el acontecer abstracto, se trata en muchos de los casos de "sus gentes queridas [que] fueron cayendo" (Campobello 91). Así pues, baste este ejemplo para denotar cómo se hace de la violencia un motivo literario y donde el recurso de la voz narradora infantil enfatiza aún más lo cruento de la realidad al ser mediada por el impacto causado en alguien que la padece. Ahora bien, de manera más reciente, una vez superada la etapa del horror latinoamericano de las dictaduras y sus consecuencias, misma que significó también un eje narrativo, la sociedad se enfrenta a otra serie de acontecimientos que sin lugar a dudas van dejando una estela de terror y dolor. Asoman nuevos flagelos sociales en los albores del siglo XXI como la lucha contra el crimen organizado, los éxodos masivos a causa de disputas territoriales, la emigración, las diferencias étnicas y religiosas... Ante ello el espectro de la violencia se asoma con rostros nuevos, mismos que buscan ser tratados desde la literatura. Desprendido de lo anterior salta una pregunta: ¿cómo abordar la narrativa de la violencia? ¿Es competencia tan sólo de la literatura? En una entrevista a Óscar Naranjo, general colombiano y ex-asesor de seguridad del Presidente de México Enrique Peña Nieto, son de llamar la atención sus siguientes palabras: También es necesaria una nueva narrativa que signifique que más importante que combatir el delito, es proteger la vida, derechos y libertades de la gente. [...] ¿Hasta dónde el hecho de mostrar la muerte tan repetidamente la instala en la cotidianeidad y hace que parezca normal que maten? Una narrativa que eleve la voz de las víctimas y ahogue la voz del Vol 4, Nº 6 (2016) CATEDRAL TOMADA: Revista de crítica literaria latinoamericana / Journal of Latin American Literary Criticism V iolencia y dolor, voz narrativa y lenguaje: Sin aliento de Ricardo Chávez Castañeda. doi 10.5195/ct/2016.120 | http://catedraltomada.pitt.edu 53 victimario es crucial. (Prados y Camarena 2012) (El subrayado es propio) Es de acentuar la palabra "narrativa", misma que se utiliza en dos ocasiones y donde, de manera clara, la intención es saber cómo contar la realidad. No sé trata de eludir los hechos, si no encontrar nuevas maneras de decirlo, cuidar el 54 hay una "narrativa de la violencia", y también que han sido muchos quienes, por ejemplo, interrogan en torno a un para qué leer tragedias, dolor, muerte, cuándo esa es la constante de nuestras vidas; una primera respuesta es que alguien tiene que testimoniar y por ende la literatura no puede eludir este compromiso desde la ficción narrativa. Castañeda, tiende a explorar espacios de frontera y en el límite. 60 estructura se presenta como una continuidad bajo tres títulos que terminan por ser un proceso: Ahogo, Jadeo y El silencio. Son los capítulos, pero también, es atrevido decirlo, la secuencia de los personajes respecto de sus vidas signadas por la violencia extrema: «"¿Cómo puede respirar la violencia aquí?", parecen preguntarse sus manos impotentes, prensada ella por tamaña retacería de piernas, pechos, espaldas, cabezas, que le impiden cualquier movimiento» (Chávez 140).
doi:10.5195/ct/2016.120
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