Adolescencia: ¿una etapa problemática del desarrollo humano?
Ximena Palacios
2019
Revista Ciencias de la Salud
E l comportamiento epidemiológico de problemas de salud pública como el suicidio, la depresión, la violencia sexual y el consumo de sustancias, entre otros, tienden al aumento en la población adolescente (1-4). Es probable que la inferencia inmediata, al conocer estos datos, sea remitirse a la popularizada idea de que "la adolescencia es una edad muy difícil". Al respecto, es necesario responder a esta idea indicando que, en cada uno de los periodos del ciclo vital, los seres humanos enfrentan
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... etos significativos. No obstante, la adolescencia representa un periodo de grandes cambios y los adolescentes, "un grupo extraordinariamente diverso de personas" (5). En general, se ha convenido que la adolescencia ocurre en la segunda década de la vida, con inicio entre los 10 y los 13 años (representado por la pubertad), y que finaliza entre los 18 y los 25 años, momento que fluctúa de acuerdo con la diversidad cultural y las metas o tareas que se espera se hayan cumplido (5). Los cambios fisiológicos que tienen lugar en la adolescencia son ampliamente conocidos y suelen estar asociados con la maduración sexual. Sin embargo, es de resaltar el desarrollo psicológico, que tiene lugar en armoniosa articulación con el desarrollo físico y químico, y el ambiente en el que se encuentra la persona. A pesar de la inmadurez de su cerebro y las limitaciones que esto supone sobre el proceso de toma de decisiones, el adolescente se aventura en ellas a expensas de las consecuencias de una inmadura capacidad para controlar y planificar su comportamiento, producto de un proceso de desarrollo de la corteza prefrontal, que no ha alcanzado su culmen (6-7). Es de resaltar que la toma de decisiones es un proceso que se da sumamente despacio durante la adolescencia (8). Así que, ciertamente, este un periodo crítico del desarrollo en el que una persona cerebralmente inmadura transita entre la niñez y la adultez, en medio de numerosos retos que implican, entre otros, consolidar su personalidad, su identidad y su orientación sexual, desarrollarse moralmente, controlar sus impulsos, desarrollar y acogerse a ideologías, desarrollar el pensamiento abstracto, consolidar las relaciones con sus padres, hermanos y pares (9, 10).
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