La clínica robada

Janet Malcolm
unpublished
R ealism, Writing, Disfiguration: On Thomas Eakins and Stephen Crane (Realismo, escritura, desfiguración: sobre Thomas Eakins y Stephen Crane) de Michael Fried 1 empieza con una tranquila fascinación, como una novela del siglo XIX que dispone en su primer párrafo que un carruaje con una dama oculta tras un velo y una acompañante de más edad ha llegado a la ciudad de N***. Fried escribe: "Cuando Thomas Eakins, en marzo o a principios de abril de 1875, empezó a trabajar en The Gross Clinic (La
more » ... nica de Gross) tenía treinta años y había alcanzado una posición en el inicio de su carrera en la que, por primera vez, estaba preparado para pintar con un horizonte artístico e intelectual más amplio", y luego registra los problemas que ese cuadro -considerado en la actualidad una de las obras maestras del arte realista americano-suscitó entre los jurados de exhibición y los críticos de la época a causa de su inquietante motivo: la operación del fémur de un hombre en un momento especialmente cruento. Luego, Fried cita los escritos de historia del arte -sobre todo los de Lloyd Goodrich y Elizabeth Johns-que muestran la influencia en La clínica de Gross de Eakins de su experiencia en las salas de disección y en los quirófanos cuando era estudiante de arte, así como de obras artísticas anteriores, como La lección de anatomía del doctor Nicolas Tulp de Rembrandt y La lección de anatomía del doctor Velpeau de F. N. A. Feyen-Perrin. De repente, suena un disparo. Un brioso extran-jero a caballo galopa hasta el carruaje y, mientras sus cómplices armados apuntan a la cabeza del cochero y de la acompañante de más edad, saca a la mujer cubierta con el velo del carruaje (sin que proteste demasiado en serio) y se aleja con ella a horcajadas sobre su silla. De ese modo Fried llega a la escena de su libro y pasa a arrebatar La clínica de Gross de manos de sus torpes comentaristas previos, cuyo discurso, "insípidamente normalizador", como Fried lo llama desdeñosamente, no ha logrado "captar [el cuadro] con la energía imaginativa y la complejidad deliberada que despliega hacia nosotros". La propia energía imaginativa y complejidad deliberada de Fried es de proporciones tan vastas, podríamos decir, incluso, monstruosas, que la obra de Eakins se encoge positivamente ante el asalto de tantas ideas, casi amenazadoramente fantásticas e intrincadas. La extraña tesis de Fried es que el arte de Eakins es un ejemplo especialmente relevante e ilustre de la lucha entre dos modos de representación -el "pictórico" y el "gráfico"-que dividen ineluctablemente el propósito de la pintura, y que La clínica de Gross es una alegoría (inconsciente) de esa lucha, y conforme Fried desarrolla la tesis empezamos a preguntarnos si su libro no será, en sí mismo, una alegoría (consciente) del propósito de la crítica. Cuando llegamos a la segunda parte del libro, dedicada a Stephen Crane, en la que Fried atribuye las peculiaridades del estilo de la prosa "impresionista" de Crane a la sensibilidad preternatural de Crane a la materialidad de la escritura 1 Michael Fried, Realism, Writing, Disfiguration: On Thomas Eakins and Stephen Crane, The University of Chicago Press, Chicago/ London, 1987. 'La clínica robada' se publicó en The New Yorker en 1987 y dio título, en 1992, a una selección de escritos de Janet Malcolm: The Purloined Clinic. Además de sus colaboraciones periódicas, Malcolm había publicado para entonces un ensayo sobre fotografía (Diana & Nikkon, 1980) y dos libros que habían levantado una considerable polémica e incluso un litigio judicial: Psicoanálisis: la profesión imposible (1981) y En los Archivos de Freud (1984). En su siguiente libro, El periodista y el asesino (1990), Malcolm ajustaría las cuentas con lo que Matthew Arnold llamó una vez "el estilo corintio de nuestra época", un estilo que Malcolm no disociaba del todo de la crítica literaria más avanzada, como pone de relieve en su comentario a Michael Fried, objeto de 'La clínica robada' que ahora traducimos. "En una obra que no sea de ficción -escribiría en La mujer en silencio, su conmovedor relato de la relación entre Sylvia Plath y Ted Hughes-casi nunca sabemos lo que ha pasado de verdad". Ni la biografía, ni el informe psicoanalítico, ni la deconstrucción ni, por supuesto, el periodismo escapan a ese veredicto dictado por la escrupulosidad de una escritora demasiado comprometida con las cosas y con las reacciones al poder de evocación de la realidad. "Todos los análisis terminan mal". En cierto modo es así porque la transferencia, como la crítica, corre el peligro de la singularidad. Evitar la "teatralidad" a la que Fried aludía es más sencillo, en última instancia, que fijarse en un solo lector. En los Archivos de Freud es, sobre todo, un documento de la unilateralidad de cualquier tipo de escritura, algo que Malcolm exploraría en su obra maestra, Leyendo a Chéjov (2001), donde la incomprensión, la humildad epistemológica, la reticencia o la ocultación características del autor ruso discurren en paralelo a la voluntad de Malcolm de no apartarse de su texto. En 2007 se publicó Dos vidas, donde Malcolm narraba la relación entre Gertrude Stein y Alice B. Toklas. Agradecemos a la autora su permiso para traducir 'La clínica robada'.
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