Los niños maltratados y sus familias: algunas indicaciones para la intervención del trabajador social

María José Escartín Caparrós
1997 Alternativas Cuadernos de trabajo Social  
La paliza no significaba nunca un espontáneo arrebato de cólera. Empezaba con una mirada que me convertía en un mal bicho. Y luego el silencio en el que aún no había nada decidido y en el que, sin embargo, ya no cabía ninguna escapatoria. No se admitían pretextos, explicaciones o disculpas. El. delito estaba allí, desde la mancha de plátano en el vestido, hasta el no querer comer. Waltraud Anna Mitgutsch, «Entre mujeres».
doi:10.14198/altern1997.5.9 fatcat:pstdjj6hhjccrkpbknywkkprbm