Patricio Marchant. Sobre árboles y madres

María Eugenia Góngora
2016 Revista Chilena de Literatura  
El libro de Patricio Marchant propone una lectura de la poesía de Gabriela Mistral que se plantea como individual e irrepetible. Los poemas son el centro del libro y hacia ellos se encamina tentativamente una reflexión y desde ellos se desprende una experiencia vital compleja. Aparecen aquí Wagner, Heidegger, el psicoanalista Groddeck y su escrito sobre la Pieta de Michelangelo; una lectura mistraliana de Jorge Guzmán, descrita y criticada; un "discurso universitario" descrito aquí como
more » ... e, "discusión de problemas mínimos por mínimos profesores". Los poemas literalmente cruciales para la lectura son La Cruz de Bistolfi, Arbol Muerto y Tres Arboles, aunque Marchant pone en juego muchos otros textos importantes de la Mistral. La interpretación de la Crucifixión citada de un artículo de Groddeck me parece clave para la comprensión de esta obra: "La Cruz sólo puede ser la madre. En alemán llamamos 'cruz' al hueso en que se sitúa el dolor de las contracciones del parto; los latinos lo llamaban, mucho antes de que hubiera cristianos, 'os sacrum', el hueso sagrado. La Cruz es la madre, que abrazaría al hijo si no fuese ella madera, y a cuyo insensible ademán de amor está clavado, en amor, el hijo viviente, a fin de que él muera por causa de este amor para la resurrección" (1920). En la poesía mistraliana estarían presentes este pensamiento y ciertas importantes figuras del inconsciente. De allí surgen los escritos sobre la relación de los sexos, la relación con la madre, con las mujeres, con los hijos, con los nombres de todos ellos. Entiendo el texto de Marchant como discurso desplegado y reflexión especular que intenta la (imposible) re-producción de las experiencias que constituyen un pensamiento. Este carácter especular y aún 'visual', (que parece ser fundamental como método de exposición,) aparece una y otra vez en la obra, que se abre con dos 'Escenas' y se cierra con las 'Escenas-grafías': la Pieta de Michelangelo,la Pieta de Avignon, la Crucifixión de Grünewald. La lectura de este lil?ro es sin duda difícil; no corresponde a las expectativas habituales en nuestro medio. Citando a Nietzsche en "Der Wille zur Macht", el autor nos pone "en guardia contra toda tartufería de falsa cientificidad: 1) en relación con la exposición cuando ella no corresponde a la génesis de los pensamientos, 2) en las_ pretensiones de métodos, los que quizás no nos son aún posibles en una determinada época de la ciencia; 3) en las pretensiones de objetividad, de fría impersonalidad, donde, como en todas las estimaciones de valor, no hablamos en el fondo sino de nosotros mismos y de nuestra experiencias íntimas". Efectivamente, este libro deja de lado las metodologías y las pretensiones de objetividad habituales en el medio universitario. Con todo, creo que éste es un texto 'universitario' en el sentido medieval de lectura de textos y de especulación a partir de determinadas "autoridades". Patricio Marchant habla en verdad de sí mismo y de sus experiencias. La exposición de la génesis de su pensamiento se formula en un lenguaje que se constituye en agresión. Este lenguaje es agresión no porque ataque a personas, métodos y estilos, sino porque al cerrarse sobre sí mismo y sobre la propia experien-
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