Crónica Universitaria

E El, Vigesimo Octavo, Aniversario De, La De, La Por, José Mejía, Mejía
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En el v1gesuno octavo aniversario de su fundación, la Universidad Ponti­ ficia Bolivariana presenta ante el país uno de los más espléndidos balances do­ centes de que pueda ufanarse la enseñanza privada en Colombia. Es ciertamente breve-en el tiempo-, la trayectoria de su existencia, pe­ ro nadie imagina ni sospecha la suma de sacrificios, aquellos ascetismos callados y silenciosos que cumplen los forjadores de cosas grandes en batallas intermina­ ferencia de un medio social, o contra la
more » ... ncia inconsciente de una sociedad que en ocasiones no alcanza a comprender el alcance dilatado de un empeño se­ ñero. Monseñor Félix Henao Botero sabe como ninguno que no estamos haciendo frases retóricas, porque para que la Universidad Pontificia Bolivariana dilatara las bles contra imposibles, contra adversos factores de todo orden, contra la indi­ fronteras de su fama y prestigio-fronteras que hoy están fuera del mapa na­ cional-, hubo necesidad de consumir fatigas, energías, desvelos y vigilias sobre­ humanas, que no son fácilmente advertidas. El primer rector de la Universidad Pontificia Bolivariana-Monseñor Manuel José Sierra-, pudiéramos decir que a­ masó los primeros cimientos de la noble creación universitaria con sus propias ce­ nizas, porque la consagración titánica que le dio al claustro naciente derrumbó su propia existencia física. Los años primeros de la Universidad !Pontificia Bolivaria­ na fueron jornadas heroicas, fueron pruebas y experimentos más que duros y a­ cerbos para todos los que intervinimos sin vacilaciones-y con nervatura místi­ ca-, en abrir e inaugurar sus primeras aulas. El profesorado, los alumnos funda­ dores, la primera junta económica y los pocos conterráneos y compatriotas que creyeron en la verdad de lo que en un instante fue quimera-y ahora es la rea­ lidad de toda una ciudadela del saber y la cultura cristianas-, sabemos que las horas augurales fueron ante todo corazonada, presentimiento y adivinación, por­ que la empresa no era trivial ni baladí, no era de poca monta, sino de ancho for­ mato espiritual, de primera magnitud doctrinaria. La Universidad Pontificia Bolivariana crece no solo por fuera-externa­ mente, en multitplicación de facultades, en estadísticas de alumnos matriculados, en clases, sino también por dentro, en vegetación cultural, para cumplir sin un titubeo ni la más leve divagación el pensamiento inalterable de sus fundadores. Alguna vez tuvimos la oportunidad de realzar esa bizarra fidelidad de las direc­ tivas de la Universidad Pontificia Bolivariana-y también la recia lealtad de to-282
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