Management of the Banana Cavendish Giant (AAA) in Postharvest for Increasing Its Shelf Life

Prisma Deyanira Zevada Reyes, Leopoldo Partida Ruvalcaba, Vicente Alvarez Mares
2015 OALib  
This research is conducted to determine if the shelf life of bananas increases when it is stored in closed polystyrene containers and placed in refrigerated camera with cool temperatures. Bananas were acquired when they were in greenness rates 1, 2, 3 and 4. In the refrigerator it is applied temperatures of 10˚C -12˚C. By each maturity index (1, 2, 3 and 4), the fruits were packaged in four containers (repeats), which were opened every five days to observe signs of sensory maturity. The
more » ... variables were the color, strength, taste and soluble solids. When bananas with maturity index 1 were stored in polystyrene containers closed, their shelf life was 21 days until the maturity index four showed, the shelf life of those ones with index 2 was 12 days until the maturity index 4 showed, but control who were confined in the bottom tray of the refrigerator were badly damaged. In bananas with maturity index 3, the maturity index 4 was expressed five days later, while in control they observed signs of sensory maturity; however, through touch, manual pressure and sense of taste, it was felt that the firmness and taste of the flesh of control fruits was similar to those that they had packaged in polystyrene containers. The soluble solids increased from one to four, but diminished when they appeared sensory symptoms. México debido a su valor nutritivo, disponibilidad todo el año y su precio relativamente bajo. La producción promedio de 2000 a 2010 fue 2'111,800 t y los respectivos consumo total y per cápita fueron de 2'037,909 t y 19.7 kg. En México se cultivan aproximadamente 82,000 ha de plátano con una producción de 2.25 millones de toneladas, un rendimiento promedio de 29.2 t•ha −1 y un valor de producción de 3978.2 millones de pesos. La mayor parte de la producción es comercializada principalmente en el mercado nacional. Las zonas productoras de plátano se ubican en las regiones tropicales y subtropicales de la costa del Golfo de México y en el litoral del Océano Pacífico, según SIACON-SAGARPA [2]. Artés [3]-[5] menciona que los consumidores de frutas y vegetales son cada vez más exigentes por la calidad de estos productos, no sólo la que tienen al ser empacados en origen, sino la que presentan en el momento de ser comprados y, más aún, al consumirse. Asimismo, que la solución idónea para preservar la calidad global (organoléptica, comercial, microbiológica y nutritiva) de los productos hortofrutícolas, y satisfacer las exigencias de los mercados internacionales, consiste en mejorar los tratamientos post-recolección. Las técnicas de almacenamiento que se utilizan después de la cosecha y una vez que las frutas han sido empacadas para su comercialización en fresco, tienen el propósito de conservar la calidad de las mismas, teniendo en cuenta las condiciones ambientales adecuadas que permitan reducir la velocidad de los procesos vitales de estos productos, y disponer de ellos por períodos más prolongados que los normales, además ofrecer productos frescos a mercados distantes y reducir pérdidas durante su comercialización. Dentro de las técnicas más utilizadas para la conservación de frutas y hortalizas se encuentran la refrigeración, el uso de atmósferas controladas, uso de absorbentes de etileno, aplicación de películas cubrientes y aplicación exógena de fitorreguladores, indicadas por Parikh et al. [6] . El etileno es una hormona vegetal capaz de inducir la maduración de frutos, como el plátano, y que se genera a partir del aminoácido metionina, de acuerdo con Salisbury y Ross [7] . El almacenamiento en frío es la técnica más ampliamente utilizada para la conservación de frutas y hortalizas. Ésta se basa generalmente en la aplicación de ciertas temperaturas constantes a los frutos a conservar, siempre por encima del punto crítico para poder mantener sus cualidades organolépticas, nutritivas, etc.; durante un período de tiempo, que dependerá de la especie y variedad de que se trate. La conservación refrigerada bajo condiciones óptimas permite reducir las pérdidas cualitativas y cuantitativas debidas a desórdenes fisiológicos y podredumbres, retrasar la maduración y senescencia y prolongar la vida comercial de los productos hortofrutícolas en general, con calidad idónea para consumo en fresco o industrial, reportado por Artés [8] y Martínez [9], ya que de acuerdo con Vázquez et al. [10], la calidad y vida de anaquel de los frutos son factores importantes en la comercialización). Guerra [11] considera que la respiración es el principal proceso de deterioro de los frutos, el mismo es atenuado por bajas temperaturas que logran disminuir la tasa respiratoria y la pérdida excesiva de agua, así como la velocidad de las reacciones bioquímicas y enzimáticas, y que la velocidad de respiración de un fruto se reduce a la mitad por cada 10˚C en que disminuye la temperatura. Por su parte, Ponce de León y Bósquez [12] consideran que en los frutos climatéricos como el mango, las temperaturas por encima de 40˚C ocasionan un incremento en la actividad respiratoria; por el contrario, temperaturas menores de 13˚C disminuyen su respiración y prolongan su vida de anaquel. Las pérdidas de peso en los frutos se incrementan como consecuencia de la transpiración después de la cosecha y significa una disminución de la calidad y aceptabilidad, estas pérdidas suelen ocasionar mermas superiores al 5% durante la comercialización, al 7 % en la conservación frigorífica durante tres meses y posterior comercialización, reportado por Jiménez et al. [13] . Según Guerra [11], las condiciones de baja humedad provocan un incremento de la transpiración y por tanto una elevada pérdida de agua, lo que acelera la senescencia del fruto y una marcada pérdida de la calidad, tanto por la aparición de arrugas en la corteza como por el encogimiento y ablandamiento. En la postcosecha, definida por Martínez et al. [14] como el periodo transcurrido desde que un producto es recolectado en su estado de madurez fisiológica hasta cuando es consumido en estado fresco, preparado o transformado industrialmente, los frutos evolucionan hacia la senescencia con pérdidas de calidad, ablandamiento, pérdida de acidez, vitamina C y características organolépticas (sabor y comestibilidad), pero según Martínez [9], la velocidad de reacción de los procesos metabólicos, que llevan a la pérdida de calidad, se duplica por cada 10˚C de aumento de la temperatura, y en el rango de 0˚C a 10˚C puede llegar incluso a sextuplicarse.
doi:10.4236/oalib.1102074 fatcat:pgjpxzivpbbz5nxibr4cf6qlry