Cosmopolítica como «cosmoética»: del universalismo occidental a las políticas de un mundo-común
Joan Picas Contreras
2010
Isegoría
Cosmopolítica como «cosmoética»: del universalismo occidental a las políticas de un mundo-común Cosmopolitics as «Cosmo-ethics»: from Western universalism to common world policies JOAN PICAS CONTRERAS Universitat de Barcelona RESUMEN. En este artículo se pretende revisar el concepto de cosmopolitismo, con el que, por lo común, se desea expresar la ausencia de vínculos locales y el establecimiento de lazos con la humanidad en general. Dicho término ha adquirido un significado más profundo al ser
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... utilizado por Isabelle Stengers y desarrollado, entre otros, por Bruno Latour, quienes se refieren explícitamente al término «cosmopolítica» para indicar una nueva política que ya no se enmarca en el ámbito de la solución moderna de la naturaleza y la sociedad. El concepto en cuestión es pasado por el tamiz de los nuevos paradigmas que proporciona el llamado pensamiento decolonial. Palabras clave: cosmopolítica, globalización, sociedad del riesgo, naturaleza, contrato natural, cosmoética. ABSTRACT. This paper aims to reconsider the concept of cosmopolitanism, usually used to express a lack of local linkages and the establishment of ties with common mankind. This concept has acquired a deeper meaning when used by Isabelle Stengers and, among others, by Bruno Latour (they explicitly refer to the term «cosmopolitics») to indicate a new policy that no longer fits in the modern solution of nature and society. The concept is also reviewed through the new paradigm that provides the so-called decolonial thought. Se opone -sin negarlo de raíz-al multiculturalismo (al menos en su versión relativista), que consiste en una simple yuxtaposición de pueblos con culturas heterogéneas, y al soberanismo. No sería inmanente a ninguna cultura particular, sino que las trascendería -a la vez que estaría en la base de todas ellas-. En sentido estricto, no puede concebirse como proyecto o ideal, como una aspiración al universalismo más allá de las diferencias étnicas, nacionales o confesionales. Algunos lo relacionan con el advenimiento de la llamada «sociedad postindustrial», que estaría tornando obsoleto el modelo político estructurado alrededor de las identidades colectivas que identificó en sus orígenes al proyecto de la modernidad. Aunque sin duda se han dislocado lo que parecían enraizados nexos sociales y sus instituciones (piénsese en la familia, la clase social..., incluso el Estado-nación), tal vez sería algo precipitado aceptar sin más estas tesis, ya que, hoy en día, el declive de unos ciertos referentes identitarios parece ir acompañado del auge de otros tantos (el sentido de pertenencia étnica, la extensión de ciertos movimientos religiosos...). En aparente contradicción, vivimos una época de localismos y territorialidad, aunque en otras formas. El cosmopolitismo, desde una perspectiva trivial, sería más bien algo así como «universalidad más diferencia». Los objetivos singulares concurrirían con los fundamentos generales. Lo universal y lo plural lograrían ser compatibles. Hasta el presente, el pensamiento cosmopolita no ha dejado de ser en extremo superficial. Contribuye a ello el hecho de que, en sus inicios, la teoría de la cosmopolítica se formuló básicamente como filosofía moral y teoría del derecho, excluyendo sin embargo su vertiente más política. La profundización y radicalización del cosmopolitismo exige, en el contexto actual, que atienda otros puntos de vista. En primer lugar, no puede desviar la vista de las disparidades sociales, individuales y comunitarias que se registran y de los problemas que derivan de su construcción. Pero, en segundo lugar, tampoco puede apartar la mirada de otro tipo de desigualdades que, tal y como se expondrá, se asientan firmemente tras el dualismo enraizado que distingue entre y contrapone naturaleza y cultura o sociedad, entre el dominio de lo social y el dominio de lo natural. Como advierte Beck, la destrucción industrial de las bases ecológicas y naturales de la vida pone de manifiesto que la naturaleza ya no puede ser pensada sin la so-56 ISEGORÍA, N.º 42, enero-junio, 2010, 55-72, ISSN: 1130-2097 Joan Picas Contreras tal distinción no sería banal para el análisis de «un proceso de mundialización contradictorio y paradójico cuya integración global no conduce a la unificación del estatuto de los ciudadanos del mundo sino, lejos de esto, a la agravación de los fenómenos de diferenciación y de desintegración». Esta dificultad de impulsar la globalización del derecho de ciudadanía, empuja al autor a referirse a la «utopía cosmopolita». Por otra parte, no está de más reconocer que no existe la globalización -en singular-, sino más bien distintas globalizaciones y diferentes formas de producción de globalización. Cf. B. Ghalioun, «La utopía cosmopolítica», Revista CIDOB d 'Afers Internacionals, p. 113.
doi:10.3989/isegoria.2010.i42.683
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