@article{santa_1983, title={La curiosa historia de los "ex-libris"}, volume={20}, abstractNote={En la pequeña aldea alemana de Biberach vivía hacia 1480 cierto monje erudito llamado Hildebrando de Brandenburgo, permanentemente atormentado por la visión del fuego eterno y las cadenas tremantes del infierno, a cuyo resplandor creció, como una sombra proyectada hacia la eternidad, la angustia del hombre piadoso de la Edad Media. Este monje atormentado tenía la mejor biblioteca de la aldea y fuera de muchas economías y privaciones había logrado adquirir preciosos manuscritos, especialmente libros de horas, biblias, breviarios, misales, salterios, antifonarios y algunas obras de teología, medicina y jurisprudencia, bellamente escritas en la mejor caligrafía de escribas profesionales y decorados por iluminadores que dibujaron con vistosos colores letras capitales, adornadas con cálices, peces litúrgicos, hojas de vida y esbeltos tallos de trigo.}, number={02}, publisher={Banco de la República}, author={Santa}, year={1983} }